PERDONAR ES CONSERVAR

tony redes
“Perdonar para conservar”

 

La vida cotidiana nos presenta escenarios ante los cuales la mayor lucha que entablamos es con uno mismo, con nuestro Ego, el cual la mayoría de ocasiones nos estorba  para continuar evolucionando.

Que levante su mano aquel ser humano que no ha cometido en su vida algún acto del cual tenga que pedir perdón, ser perdonado u ofrecer el perdón al otro para que pueda vivir en paz.

Todos, sin excepción hemos errado el camino, nos hemos equivocado o hemos realizado actos que lo único que nos han dejado es… una perturbación que muy difícilmente se puede erradicar, si no es recibiendo el perdón del otro o el perdón de uno mismo.

Cuando se perdona, se hace por un beneficio a uno mismo, al otro y a la relación que se desea salvar, rescatar, no perder.

Metafísicamente hablando, cuando pedimos perdón por una ofensa cometida, desde ese preciso momento recobramos la vida y la energía continúa fluyendo en uno mismo, independientemente de no recibir el perdón del otro. En cambio, si el otro no nos perdona, aunque haya sido la parte afectada por la ofensa cometida, comienza a morir; pero si recibe la disculpa y otorga el perdón, ambas partes reciben beneficios, le permitimos a la energía seguir fluyendo y por ende se puede vivir desde la VIDA en su totalidad y plenitud.

Hay personas, relaciones, que valen la pena otorgarles el perdón. Aunque si somos objetivos, siempre deberíamos estar prestos a otorgarlo, de lo contrario salimos perdiendo, aunque todo nos indique que somos los  primeros afectados y el otro que nos ofendió debiera “reparar” toda una vida por la ofensa cometida.

Siempre ten presente que la vida da muchas vueltas. Tal vez hoy te toca perdonar, mañana te tocará pedir perdón, venimos aquí para aprender de las llamadas “faltas” o “errores”.

Perdonar, perdonar, perdonar… cuando así lo hacemos, nos demostramos a nosotros mismos la gran virtud que nos pone a la par de la Divinidad, en ese momento nos igualamos en Amor y Bien al mismo Dios.

Quien perdona verdaderamente antepone la comprensión, el corazón, la humildad y el no sentirse “juez” de los demás, sino vivirse como seres humanos abiertos a la escucha, la empatía y el amor incondicional a pesar de lo cometido.

Cuando se perdona activamos en nosotros los atributos divinos… podemos dar vida, resucitar a quien lo necesita por el peso de la culpa, del error, de lo cometido.

Hoy atrévete a perdonar para conservar aquello que consideres valioso, a las personas que son fundamentales para la felicidad de tu vida.

Omnia Vincit Amor… el Amor todo lo vence.

 

 

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