LA CARRERA HACIA EL 2050

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Celaya Internacional

LA CARRERA HACIA EL 2050

 

Siglo XXI, año 2017, así con un comienzo como de novela de ficción inicio una colaboración que más bien quisiera fuera una reflexión, 33 años nos separan de la mitad del siglo y aunque se vislumbra lejano créanme que llegará más rápido de lo que  se piensa.

 

En este momento parece que el ser humano se encuentra ya en una encrucijada, la creación de megalópolis ha hecho que sea más difícil controlar y satisfacer las necesidades básicas del ser humano en un planeta que tiene recursos limitados, según la OCDE para mitad de siglo la población mundial superará los 9 000 millones de habitantes, temas como la justicia social, la contaminación ambiental y la paz cada día se van entrelazando y dependen uno del otro.

 

 

Para mitad de siglo se tiene estimado que las zonas con mayor problemática debido a la explosión demográfica, serán las que están en vías de desarrollo, seguramente la mayor concentración serán en África y obviamente en América Latina.

 

Desde la Revolución Industrial el ser humano ha cambiado de forma drástica el medio físico, y créanme que yo soy la primera en aplaudir el desarrollo tecnológico y científico, los medicamentos han venido a salvar muchas vidas, el internet ha acercado más a la gente y ayudado a expandir las ideas, todo tiene claroscuros, precisamente son esas zonas oscuras las que vemos poco o poco nos interesan; al crecimiento poblacional le han seguido una enorme generación de empleos lo que conlleva a la apertura de más empresas, la tecnificación es lo de hoy pero, me pregunto, ¿y el alimento?

 

Como en los primeros siglos el ser humano puede vivir sin vehículos, sin televisiones, bueno hasta sin teléfonos pero no podemos vivir sin agua y comida, la cuestión es que al crecer más la población, se necesitan más empresas pero se sacrifica el campo, luego entonces, debemos comenzar a consumir alimentos transgénicos debido a que no podemos tener desabasto de productos básicos como carne, lácteos, frutos, hortalizas y vegetales.

 

No hay duda alguna que la escases de recursos fósiles acelerará el uso de la energía eléctrica en medios de transporte como trenes, incluso aviones que ya el año pasado se hizo una prueba al respecto, proliferarán más automóviles eléctricos, el problema real es la extinción a la que estamos llevando a las otras especies en el mundo.

Pensamos y corremos hacia un futuro que no sabemos si podremos alcanzar, por lo menos no todos, disculpen si soy algo dramática o alarmista sin embargo, mientras muchos políticos en todo el mundo se preocupan por enriquecerse ilícitamente a costa del pueblo, mientras se sigue confundiendo que horas en el aula es sinónimo de productividad y mejor salario (por lo menos no en los países en vías de desarrollo), mientras se siga fomentando a una juventud a vivir el día a día sin entender a dónde van pero exigiendo todo para llegar, mientras se continúa estereotipando la belleza de la mujer, y forzando al varón a pensar que el éxito está determinado por lo material sin precisar el desarrollo interno, mientras nos deshumanizamos cada vez más y confundimos con responsabilidad y solidaridad  una sociedad de “me gusta” en redes, de críticas anónimas o insultos a través de las mismas redes a los gobernantes,  pero sin responsabilizarnos del mundo que estamos construyendo, difícilmente puedo pensar que lleguemos a un 2050 con un planeta sano, con un pueblo instruido pero sobretodo con un pueblo responsable.

 

Ésta pasividad efectiva, ésta falta de ideales verdaderos nos han llevado a elegir “al menos malo para gobernar”, en México por ejemplo, tendemos a compararnos con países altamente desarrollados y civilizados queriendo culpar de todo al gobierno sin asumir nuestra responsabilidad, si hay naciones con mayor crecimiento tanto económico como social es porque primero hubo una sociedad informada, preocupada pero sobretodo ocupada por la nación que construían, un gobierno congruente que no puso en segundo plano la calidad de vida de su gente por su propio beneficio.

 

Para el pueblo de México, no es tarde para tomar las riendas de nuestro destino y sobretodo no es tarde para planificar de forma seria el control de natalidad  y reactivar de forma efectiva la economía, siempre apostando por un desarrollo sustentable; preservando la flora y la fauna.

 

Para el mundo, aún es tiempo de dejar los “tabloides políticos” donde es más importante la vestimenta de las primeras damas o los cotilleos de pasillo en las principales sedes de gobierno, debemos retomar la política de acuerdos y cooperación por la que se había apostado, comencemos a ver el fondo y no solo la forma, comencemos a trabajar por preservar la civilización.

 

Por: Rayo Esmeralda Patiño

@RayoEsmeralda

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