LA CRISIS Y LAS FINANZAS

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Las Finanzas con Manzanas. 



La Crisis y las Finanzas

“El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra.”

Karl Marx

Definir las finanzas como un concepto puede resultar polémico y complicado, por ello lo más sencillo implica que es una actividad, una forma de hacer llegar el dinero, de administrarlo y de encontrarle un buen destino, de tal manera que el recurso económico siga produciéndose y como dirían los grandes inversionistas: Que se multiplique.

En estos días podemos hablar de la palabra crisis de manera común y hasta usual, pues los medios y las campañas políticas exaltan las debilidades de los participantes y contrincantes, e incluso sugieren fallas o falta de comprensión ante determinados asuntos, como por ejemplo de una secuestradora que no es secuestradora porque la autoridad aún no lo define así, no importa las evidencias; o bien que una persona es culpable de lavar dinero porque se dice lo están investigando, pero tampoco autoridad alguna se ha pronunciado al respecto. Por lo que se puede decir que si estamos en crisis, pero no precisamente en una económica.

Todos aquellos que nacieron a finales de la década de 1980 o inicios de 1990, no vivieron de una forma consciente y participativa la última gran crisis económica de México, la cual se da como inicio el 19 de diciembre de 1994, a diecinueve días de haberse realizado el cambio de gobierno de Carlos Salinas de Gortari a Ernesto Zedillo Ponce de León, una situación que en pocos meses multiplicó la paridad peso vs dólar, y donde el crédito fue una de las actividades más afectadas, pues no prevalecía en los contratos la denominada tasa fija, sino más bien la tasa variable de interés, la cual establece una tasa de referencia más un determinado número de puntos.

Lo anterior llevó al país a tasas cercanas al 40% anual, pero esa crisis se podría decir que fue dura, más no la peor, México había vivido momentos caóticos en las décadas de 1970 y 1980, incluso en la segunda prácticamente tuvimos tasas de interés superiores al 150% anual. ¿Se imagina? Para el que debía dinero la manera de pagarlo podía ser muy compleja, y al que le debían dinero cobrar era una actividad aún más difícil.

Los acontecimientos de aquellos años fueron muy difíciles, estábamos en crisis, y el Fondo Monetario Internacional establecía políticas de austeridad como condición para brindar ayuda, una austeridad que debía aplicar el gobierno y que debían vivir día a día los ciudadanos. ¿Dónde estaban las promesas de campaña? ¿Dónde está la ayuda a los que la necesitaban? Tanto Luis Echeverría Álvarez como José López Portillo le quedaron a deber a su país;  como muestra de su  incapacidad, López Portillo acuñó aquella famosa frase: “Ya nos saquearon. México no se ha acabado. ¡No nos volverán a saquear!”; pero no conforme de ello aún encontró la manera de generar otra célebre frase: “Soy responsable del timón, pero no de la tormenta.” O la de: “He defendido al peso como un perro.”

En fin, cada crisis genera muchas nuevas frases, pero cada crisis es generada por una acción muy sencilla: Mala Administración Pública.

Entendamos algo: ¿Quiere usted un mejor país? Entonces debe darse cuenta que todos somos responsables de lo que sucede, y lo primero que debemos exigir es que quien tenga la responsabilidad de la representatividad, sea reconocido en una justa y merecida  distinción cuando así lo demuestren los hechos sobre su excelente actuación, pero cuando sus resultados sean pobres, entonces sea sancionado.

De esta manera sería sano saber que quien quiere representar los intereses de los demás debe ser sumamente capaz, pues de lo contrario corre el riesgo de ser sancionado  con severidad, las crisis son generadas por decisiones económicas y políticas, y hoy ni siquiera tenemos algo parecido  a las crisis de las décadas de 1970 y 1980, no estamos en grandes problemas, pero sin duda lo podemos estar.

Las finanzas que responden ante una crisis sólo buscan una cosa: restablecer el dinero que se requiere para que todo funcione adecuadamente, y eso sólo se logra don decisiones: austeridad, ahorro, inversión, nuevos negocios, etc.  Para ello debe existir un mercado que permita que esto suceda.  Y en ocasiones ni siquiera eso existe ya. ¿Lo duda? Pregunte e investigue por Venezuela. Dónde la decisión de algunos la viven y sufren todos. Comentarios y sugerencias: [email protected] o bien en twitter: @victorlmuro

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