CELAYA, GTO. 27 DE MARZO 2022.-Siete integrantes de la banda “Los Chuparrecio” y el menor de 15 años que los acompañaba como ayudante, fueron velados y sepultados por sus familiares.
La noche del pasado martes 22 de marzo, reportes al 9-1-1, denunciaban el incendio de una camioneta pick up, con placas de Michoacán, sobre el camino que va de la comunidad de San José el Nuevo a Rincón de Tamayo.
La difusión de fotografías de varios cuerpos calcinados dentro del vehículo, puso en alerta a vecinos de la comunidad de Juan Martín, zona que es calificada como un “foco rojo”, por parte de las autoridades.
Horas más tarde, después de que peritos analizaron y levantaron la escena del crimen, un nuevo cuerpo calcinado apareció.
Familiares de “Los Chuparrecio”, una banda de género norteño, oriunda de la comunidad Juan Martín, reconocieron las vestimentas de al menos dos músicos, les llamaron por teléfono, pero nunca contestaron.
Ante la incertidumbre y la duda que surgió en ellos, acudieron a la Fiscalía General del Estado, en Celaya, donde se les mostraron fotografías y lograron identificar a algunos de ellos; las autoridades estatales decidieron realizar pruebas de ADN para confirmar la identidad de los cuerpos.
Tres días después, el Fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre, confirmó que las víctimas eran los 7 integrantes de la banda norteña y al menor de 15 años, Juan Diego, quien los acompañaba como ayudante.
La noche del viernes 25 de marzo, los 8 cuerpos fueron entregados a familiares, quienes informaron a través de la página oficial de “Los Chuparrecio”, que los músicos serían velados en Juan Martín, a partir de las 8 de la noche; la misa y sepultura, se realizaría hasta el domingo 27.
Durante el sábado, en una visita hecha a dicha comunidad, que se ubica en la zona limítrofe con Apaseo el Alto, se observó una notoria calma en las calles; los cuerpos fueron velados en tres diferentes casas y puntos de Juan Martín.
Entrevistados por separado, familiares de los músicos, quienes pidieron no se les fotografiara o tomará videos de sus rostros, coincidieron que todos eran personas alegres y con amor a la música.
«Nosotros estamos destrozados con esta cosa que nos están pasando, mis hermanos (tres) eran muy alegres, muy contentos, les encantaba la música, ellos no tenían problemas con nadie, nosotros siempre los vamos a recordar en la casa porque siempre nos reuníamos los domingos y ya no van a estar con nosotros», señaló una familiar.
Con la voz entrecortada, el padre de Juan Diego, el menor que también fue asesinado, indicó que su hijo, no era parte del grupo y solo los apoyaba en ocasiones con cosas técnicas.
«Era alegre, tranquilo, no era mal educado, era estudioso, no tenía vicios nada, solo iba de la escuela a aquí a la casa, iba al gym en la tarde y se regresaba con sus amigos a jugar a la cancha, pero temprano se recogía, 8:30, aquí estuvo siempre, (..) él no era integrante del grupo, ese día se fue a acompañarlos, uno de los integrantes es mi sobrino y ahijado y lo invitaron y, pues, decidió ir».
Una hija de las víctimas, señaló que todos los integrantes de la banda, eran familia y señaló que en el caso de su padre, él era muy conocido en la comunidad.
“Muy alegre, contento, siempre saludaba a la gente, era muy conocido, (…) muchos recuerdos, muy triste, muy triste porque ellos no merecían morir así, (Conocía evidentemente al resto de los integrantes) Sí, eran todos familia, (¿Eran todos familia?, ¿Tenían tiempo con el grupo?) Sí, bastante”.
A lo largo del día, personas cercanas a cada una de las víctimas, llegó al punto donde eran veladas para acompañar a sus familiares.
El domingo, en punto de las 2 de la tarde, salieron rumbo al Templo principal de la comunidad, La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se ofició una misa con los 8 cuerpos presentes.
Cada uno de los féretros, era acompañados por padres, hermanos o hijos de las víctimas, en el caso del menor, su ataúd de color blanco, llevaba un par de globos en él; otro, tenía pegado un sombrero y una camisa con el nombre de la agrupación.
Los familiares, cargaron al frente de cada uno, su fotografía, en tamaño grande y enmarcada.
Durante la ceremonia eclesiástica, el sacerdote Arturo, reconoció que Juan Martín “vive tiempos violentos”, sin embargo, señaló que la comunidad en su totalidad, está unida en el dolor.
“Muy duro, muy difíciles, como nunca, posiblemente en la historia de esta comunidad, nunca habíamos tenido tantas muertes, violentas en poco tiempo y estamos unidos en el dolor, estamos unidos en la misma fe, porque a todos nos duele estos hechos, que deploramos, que rechazamos, porque atentar contra la vida de un ser humano, es ir en contra de Dios”.
El sacerdote hizo oración por aquellos que generan daño a otros, y pidió por su reconversión.
“Oramos y pedimos por la reconversión por todos aquellos que se dedican a hacer el mal, para que tengan una conversión, un cambio”, afirmó ante los ciudadanos que con fotos de sus familiares se mantenían atentos.
Finalmente, los reiniciaron el cortejo fúnebre para llevar los cuerpos al panteón de la comunidad.