La vivienda ubicada en la calle Garza de la colonia Álamos, se encuentra tal y como estaba al momento cuando ocurrió el hecho de violencia; la ventana de la recámara principal se observa con manchas de humo.
Un negocio de desayunos a tres casas del lugar de los hechos parece ser el mirador de aquella trágica escenografía que alberga la historia de un presunto asesino al que saludaban por las mañanas. Los conductores que transitan por esa calle reducen su velocidad para observar la casa de arriba abajo.
La vivienda que se encuentra a la izquierda se encontraba sola la mañana de este lunes, no así con la casa de la derecha donde la señora Adriana Zamora accedió a responder una breve entrevista para Ágora.
Comentó que el domingo por la mañana ella había salido con su esposo a unas canchas de fútbol ubicadas en el eje Juan Pablo II, mientras que su hija de 18 años de edad se encontraba en la casa sola y que cuando escuchó algunos gritos se percató que se estaba incendiando la vivienda de al lado.
La señora Zamora aseguró que recibió una llamada de su hija, donde le habló que lo que sucedía por lo que le dijo que saliera corriendo.
Al salir de su casa la joven, observó que uno de los vecinos, se lanzó de la ventana del segundo piso y cayó a un automóvil Volkswagen Jetta; ahí de inmediato algunos vecinos lo auxiliaron, mientras otros rompían la chapa para entrar a ayudar a mitigar el fuego y salvar a los niños que gritaban.
La señora Zamora también aseguró que no tenían una relación cercana con la familia, sin embargo sí hablaban más con la niñera de los tres hijos; y que cuando sucedieron los hechos también intentaron localizarla para notificarle, pues los niños estaban solos en el hospital.
Cabe señalar que a pesar de que había muchos vecinos en la calle, no muchos quisieron hablar con este reportero.
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