CELAYA, GTO. 01 DE SEPTIEMBRE 2017.- Tras una audiencia de seis horas y un debate entre la fiscalía y la defensa, este viernes fue vinculado a proceso por el delito de feminicidio, Ángel Jesús Ramírez Ramírez en agravio de la niña de seis años de edad habitante de la colonia Juan Pablo II.
Este viernes se reanudó la audiencia en la que el conocido como «Babalú» y los padres de la niña enfrentaron los diferentes testimonios y diligencias que apuntan a Ramírez Ramírez como el presunto feminicida, a quien se le marcó prisión preventiva mientras dura el proceso y un plazo de 4 meses para la próxima audiencia (02 de enero 2018).
El Juez, José de Jesús Delgado negó la petición de la fiscalía de establecer como privada la audiencia ya que aseguró que es un derecho social conocer el proceso y estableció sin embargo no utilizar los nombres completos de los menores de edad involucrados.
En la audiencia se presentaron al menos 12 testimonios y varios dictámenes que precisan los detalles de la desaparición de Johana el viernes 25 de agosto y el hallazgo de su cuerpo sin vida el 27 de agosto.
Según los relatos, el primo de la víctima de 11 años de edad, AANC, compró unos helados por error y su mamá lo mandó a cambiarlos, y como le dio pena le pidió Johana que fuera ella a cambiarlos a la tienda que se encuentra a 3 calles de su casa.
Ya cerca de las 10:00 de la noche, con una muñeca de tez morena en sus manos, fue cuando la niña de seis años acudió a la tienda con los dos vasos de plástico con helado, uno de vainilla y otro de chocolate según el testimonio del dueño de la tienda, Eder Trujillo Zambrano.
Minutos antes de que la niña llegara a la tienda, el Babalú ingresó al local comprar unos cerillos; según refiere el dueño, al salir Ángel Jesús, llegó otra menor, MGPC, de 14 años, a comprar pan y pañales, en ese momento llegó Johana con los dos vasos de helado para intentar cambiarlos por leche.
Así, el tendero y la clienta menor de edad fueron los últimos en ver con vida a Johana.
Como los helados estaban ya derretidos, el dueño del negocio negó el cambio del producto, pero Johana ya no regresó con su primo a infórmale.
El menor que la había mandado, explica que como ella no regresó se fue a acompañar a un amigo «por un gallo», al regresar estuvo en casa de una amiga hasta la una de la mañana cuando su mamá (Tía de Johana) fue por él para preguntarle por su prima.
Uno de los testimonios refiere a Ma. Beatriz Ramírez Linares, quien tiene su casa a un lado del terreno donde Babalú tenía su casa de campaña hecha con palos de madera; ella refiere que a las 12 de la noche escuchó un “grito de dolor” de una niña que provenía del refugio del pepenador, sin embargo no salió. Fue hasta la mañana del Sábado cuando escuchó a la gente que con machetes andaban cortando la maleza y buscando a la niña.
Mientras los relatos eran leídos en la sala 2 del juzgado, el Babalú se tocaba el rostro con la mano izquierda escuchando lo que se decía, mientras la mamá de la víctima rompía en llanto recargada en el hombro de su esposo, que también estaba en la sala.
Se tuvo que pedir un receso para cambiar de sala y a partir de ahí los papás siguieron el desarrollo de la audiencia desde la sala de testigo protegido.
LOS TESTIMONIOS Y LAS PRUEBAS
Elementos clave de los relatos fueron la chamarra o sudadera café encontrada cubriendo el cuerpo, la muñeca “monster” de tez morena y los vasos de nieve, encontrados en la casa de campaña del Babalú.
Los diferentes entrevistados refieren que conocen al Babalú, a quien describen como “mal viviente”, “mugroso”, adicto y que se dedicaba a pepenar y recoger botellas de plástico.
Aseguran que en la última semana traía una chamarra o sudadera color café con capucha y cierre en la parte frontal; chamarra que presuntamente fue localizada junto con el cuerpo de la menor.
Hubo reconocimiento de objeto, y los testigos identificaron la chamarra de Ramírez Ramírez y la muñeca que llevaba la menor al momento de su desaparición.
El dueño del terreno en obra negra, Francisco Monzon Vargas, también presentó su testimonio para referir que hace 3 meses le dio oportunidad al Babalú de quedarse a dormir ahí.
En la casa de campaña que construyó se localizaron prendas con residuos de sangre, que habrán de analizarse en próximas etapas.
EL INFORME PERICIAL
En la audiencia se especificó que el cuerpo de la menor presentaba 7 lesiones y ninguna tiene que ver con abuso sexual, según el informe pericial SPHC227 a cargo de Miguel Ángel Cisneros.
Las lesiones son en su mayoría “equimosis” (hematomas, golpes) y escoriaciones, en cráneo, muslo, dorso, piernas y quemaduras de segundo grado, presuntamente por la exposición al sol a la que estuvo el cuerpo.
Se ratificó que la causa de muerte fue por traumatismo craneoencefálico, alrededor de las 00:30 horas del sábado 26 de agosto.
GOLPIZA Y BARANDILLA AL BABALÚ
Entre el debate de la defensa y la fiscalía, se discutía si el inculpado estaba remitido en barandilla a la hora de muerte de la menor, por lo que el oficio firmado por Isabel Plancarte Laguna, encargada de seguimiento y control de Asuntos Jurídicos detalla el ingreso de Ángel Jesús Ramírez Ramírez, a las 03:07 (3 de la mañana) del 27 de agosto al centro de detención norte, por una falta administrativa y fue hasta las 9:47 que el MP de la unidad de robo a casa habitación determinó su excarcelación.
Según lo dicho en la audiencia a las 14:50 horas, el Babalú regresó para ser entrevistado como testigo.
Sin embargo, antes el sábado 26, a las 16:40 horas, cuando los elementos de investigación criminal intervenían en la casa de campaña, escucharon el alboroto de la gente y los gritos de las mujeres, para darse cuenta que un grupo estaba golpeando a Ramírez Ramírez, por lo que fue trasladado a Ministerio Público.