LA INJUSTA GUERRA DEL ‘47
El pasado lunes se cumplieron 174 años de la dolorosa batalla del Castillo de Chapultepec, la guerra contra los EEUU y la consiguiente pérdida de la mitad del territorio mexicano que se oficializó con la firma del tratado Guadalupe-Hidalgo en la que los estadunidenses se anexaron la Alta California, Nevada, Arizona, Utah, Nuevo México y Colorado. Una herida abierta imposible de sanar.
En aquel tiempo, el vecino país del norte buscaba cualquier pretexto para expandir el territorio al sur de su frontera y no eran pocas las escaramuzas que los ejércitos de ambos países tuvieron en los límites fronterizos, por supuesto que para el presidente James Polk, los mexicanos eran quienes violaban el límite territorial.
El conflicto tuvo su punto más álgido en 1847 cuando las tropas norteamericanas invaden México y precisamente el 13 de septiembre se suscita la batalla en la que centenares de mexicanos pierden la vida, entre ellos los llamados Niños Héroes.
Pero hubo un norteamericano llamado Ulysses S. Grant, participante activo del conflicto y años después el presidente número 18 de los Estados Unidos quien reconoció en su libro “Memorias Personales” que la guerra que su país le había hecho a México era una de las más injustas y que todo norteamericano debía sentirse avergonzado por ello.
Efectivamente, el poderoso imperio en vías de expansión se aprovechó de un vecino débil, desorganizado y dividido, incapaz de sortear una agresión de esa naturaleza.
La división de los partidos continuaría en México por lo menos 20 años más.
17/09/2021