“El Amor empieza por uno mismo”
En realidad, no sólo el Amor, sino todo aquello que podemos ofrecer a los demás, comienza por tenerlo en el interior, por estar dispuestos como seres humanos, a obtenerlo, nutrirnos de él, para poder darlos a los demás.
Es casi imposible poder ofrecer algo que no tenemos.
Sólo puede amar aquel que se ha amado a sí mismo y por consiguiente ha logrado disfrutar del goce que transmite el Amor a uno mismo.
Sólo puede perdonar aquel que reconoce que no es perfecto, que ha fallado y que se concibe como alguien vulnerable. Sólo se perdona cuando hemos experimentado nuestras limitantes humanas, cuando nos perdonamos a nosotros mismos por romper con la idealización que hemos creado de uno mismo.
No olvides tu origen. Cuando así sea, camina sintiéndote merecedor de todo aquello que está a tu servicio, a tu cuidado, para que lo disfrutes, ya que sólo es prestado. Camina por la vida con orgullo de ser un Ser de la Luz.
Decreta lo mejor para ti… salud, bienestar, sabiduría, templanza, justicia, verdad, paz, amor, y todo aquello que cae a tu alrededor como hojas en pleno otoño.
Antes de iniciar cada día, no te levantes sin antes imaginar y atraer cómo deseas tu día.
Ve formando cada momento de tu existencia, cómo deseas que acontezca. Habrá situaciones que aparecerán en tu vida la cuales tal vez nunca llamaste, invocaste o decretaste, no te preocupes, también ellas son grandes maestras que se presentan para ayudarte en tu caminar de evolución.
No olvides que todo el amor que destilas por todos los poros de tu piel es porque eso y más eres en tu interior, en tu corazón, en lo más profundo de tu ser, de tu cuerpo, de tu mente, de todo lo que eres.
Ahora te detendrás antes de actuar para pensar que todo aquello que brindas a los demás es porque eso mismo eres tú, así que lo que eres es lo que atraes y lo que ofreces. No podrás ofrecer lo que nunca has sido y has tenido.
Hasta ahora hemos hecho hasta lo imposible por buscar fuera de nosotros, en los demás, lo que nos puede hacer feliz. Nos casamos y unimos en pareja, formamos familia, creyendo incrédulamente que viviendo una vida así obtendremos el Amor y tantos valores más, cuando la experiencia nos ha dicho que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, sí, lo que somos, somos y jamás daremos lo que no tenemos, lo que no creemos tener, lo que no deseamos obtener, trabajar y ofrecer… comenzando por uno mismo.
No podemos ofrecer fortaleza, paz, serenidad, confianza, justicia, si antes no hemos alimentado dichos valores, si antes no nos ha llevado toda una vida de disciplina en una lucha constante por ser mejor persona, en saber controlarnos y ser sabios para ver en cada hecho la mejor oportunidad para proseguir nuestra evolución.
“Eres merecedor de todo el amor que te puedas dar. El amor empieza por uno mismo”.