Desde hace tres décadas aproximadamente, procuro recetarme los juegos del Día de Acción de Gracias de la NFL, claro está, nunca tratando de emular la tradición de degustar el pavo, el pastel de calabaza ni la salsa de arándanos, lo cual no dudo en poco tiempo repliquemos por estos lares porque ya hasta muy irlandeses y germanos celebramos el Saint Patrick´s Day y el Oktoberfest.
A lo mucho que llego cuando veo los partidos de Thanksgiving es a echarme unos al pastor porque hay que realizar actividades cotidianas, como ocurrió en esta ocasión cuando vi de reojo el espectáculo de medio tiempo del juego de los Dallas Cowboys y para mi sorpresa, Dolly Parton lo amenizó ataviada de porrista. Admito conozco poco de ella y la creía retirada, pero después leí que la intérprete de 9 to 5 sigue haciendo giras a sus 77 años, aunque no siempre vestida de Cowgirl, para que no se decepcionen si un día van a uno de sus conciertos.
El caso de Mrs. Parton lo relacioné con las recientes presentaciones en nuestro país de Paul McCartney, que sin problema –o eso parece- a sus 81 años puede tocar tres horas continuas. También los octogenarios Rolling Stones acaban de sacar nuevo disco y Rod Stewart a los 78 de edad sigue cantando en vivo, entre varias piezas, el Forever Young, esa hermosa oda para desearle lo mejor a alguien, pero que adquiere otro matiz cuando de eterna juventud se trata.
En la farándula ocurre lo mismo con personalidades trabajando sin que la jubilación se acerque: Robert de Niro acaba de llegar al octavo escalón, Al Pacino llegó a los 83, Diane Keaton cumplirá 78 en enero, Meryl Streep tiene 74 y la mención honorífica debe ser a Clint Eastwood, nacido en 1930; muestra que el sector poblacional de más de 70 continúa vigente, situación que no solo ocurre en el espectáculo.
La denominada esperanza de vida se va prolongando, prueba de ello es la media en el orbe que en el año 2000 era de 75 años y ahora es de 80, además que las tasas de natalidad disminuyen y las medias de edad aumentan; como ocurre en México de acuerdo al INEGI: en el 2000 era de 22 años, ahora es de 29 y se espera en 2030 sea de 32 años; lo que influye entre varios temas que la fuerza laboral y los sistemas de jubilación se prolonguen y evitar la desbandada de mano de obra, aunque no creo que Pacino o Keaton esperen a juntar más billete para retirarse.
Debido a esta tendencia de hacer de nuestro mundo un lugar predominante de cabecitas blancas, la medicina y alimentación han ayudado para la longevidad, aunado a programas gubernamentales de atención. Tampoco significa que la población de hace décadas o siglos no alcanzara estas etapas de vida porque hay documentos y testimonios que testifican personas rebasando la centuria, con las variantes por guerras y pandemias, principalmente, que disminuyen los promedios poblacionales.
Es una realidad que que poco o nada se parece una persona que rebasa los 50 a una con la misma edad en décadas pasadas. Los cambios son palpables porque aparte de los fármacos y alimentos, hay programas de activación física los cuales no existían en años anteriores, derivando no solo envejecer, sino verse bien. Así como hemos tenido a Eva y Malintzin como madres fundacionales para el origen humano y mexicano, podríamos decir que Jane Fonda es una causante directa del Forever Young actual.
En 1981 la actriz sacó su primer video con rutinas de ejercicios aeróbicos caseros, profetizando consiente o no del futuro cercano de las actividades no como disciplinas deportivas, sino para el buen ver. Fue tal el éxito del video de Fonda que realizó varias ediciones más y proliferó la apertura de locales para ejercitarse al ritmo de Physical de Olivia Newton John y Maniac de Michael Sembello. De esta temporalidad fue la proliferación de gimnasios, no para fisiculturistas, sino enfocados a la ciudadanía que se encierra 12 horas en una oficina.
Entre los factores descritos complementados con dosis de L´oreal y Just for men, han provocado cambios en la fisonomía poblacional y que la de hoy se parezca poco a la de hace años: Marlon Brando tenía 63 cuando interpretó a Vito Corleone en El padrino, misma edad de Tom Cruise. Memo Ochoa tiene 38, uno más que tenía La tota Carbajal cuando se retiró del futbol. Joaquín Pardavé, de imagen bonachona, tenía 54 años cuando hizo su último trabajo, misma que tiene Alejandro Sanz y así nos podríamos seguir.
Desconozco si hay una conspiración para que nos convirtamos en los Matusalenes del siglo XXI, pero si hay certeza que continuará prolongándose la vida humana, con los campos laborales pletóricos de gente que rebasa las 50 primaveras y jóvenes buscando el cambio generacional.
Cabe la posibilidad que en algún momento se revierta la situación y como ha ocurrido en la historia de la humanidad, en unos años la población cual árbol primaveral rejuvenecerá e impondrá nuevas condiciones; una generación que en México disfrutará el asueto por el Día de Acción de Gracias con pavo, pastel, viendo los juegos de la NFL, incluido el espectáculo de Dua Lipa de 85 años covereando el Forever Young de Rod Stewart.
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