Si son asiduos al entretenimiento en internet, es probable hayan visto los videos sobre equitación vegana, deporte que consiste en jinetes montando y sorteando obstáculos en caballitos de madera, tal como se realizan con equinos reales. Incendiarias que son las redes, leí comentarios sobre el tema: “muy veganos pero maltratan la madera”, “Qué acaso los árboles no sienten’’!!!???”, “se limitará el nacimiento de caballos!!!”, por citar algunos que no me hicieron solidarizarme con los internautas, pero sí recordar que los que efectivamente se están dejando de procrear son los burros, cuadrúpedos en riesgo de extinción ante su desuso.
Resulta que la jineteada de cuacos de madera se realiza en Finlandia y no tiene ninguna relación en contra del maltrato animal, menos pretende ser vegana y en realidad su nombre es hobby-horsing; mero entretenimiento. El objetivo de esta actividad es difundir la tradición de los caballitos de batalla -su auténtica denominación-, objetos cotizados y de colección originarios del país mencionado.
Como en todo deporte, en el hobby-horsing hay reglas ganadores, y de inmediato pensé que sería una buena área de oportunidad –esa locución tan de moda- capacitarme, fundar una escuela y entrenar a la chamacada de mi ciudad para rivalizar con la finlandesa, porque no me sorprendería en algún momento se internacionalice la disciplina y hasta se convierta en contienda olímpica.
A la par de los deportes considerados tradicionales y populares, hay varias actividades físicas que no sabía se encontraban registradas e incluso de unas no sabía su existencia. Incrédulo, recurrí al Diccionario de la Lengua Española con la finalidad de ver la definición de deporte y cito “actividad física cuya práctica supone competición, entrenamiento y sujeción de normas”, por lo que las competencias que llamaron mi atención y enlistaré, forman parte de las categorías deportivas.
Inicio con una que estaba de moda cuando su servidor cursaba la secundaria, etapa donde tenía compañeros que intentaban los pasitos acrobáticos; recreación que se prohibió en la escuela por el dislocamiento de hombro de un puberto bailarín ante el asombro del alumnado. El breaking, mejor conocido por breakdance y emparentado con el hip hop, será competencia oficial en las olimpiadas del próximo año en París, con la probabilidad de medalla para nuestro país en el joven de 17 años Swami Mostalac. No sé cómo sea el criterio de calificación, aunque me imagino es por creatividad, estilo, composición y no permitir el acalambramiento de pierna.
Un deporte desconocido hasta hace poco por quien escribe, es el slamball, un derivado del basquetbol, con cuatro jugadores por equipo, protegidos con cascos y coderas porque se permite el contacto físico. Lo peculiar son cuatro trampolines en la cancha para que literal los competidores vuelen al encestar. Si ustedes acostumbran llevar a las bendiciones a los brincolines para cansarlos y no anden de maloras maltratando los colchones y bases de cama, sugiero les apliquen la brincadera como disciplina, quien quita tengan futuros campeones en casa.
https://www.youtube.com/watch?v=2GP9u__0IVA.
Opciones de nuevos deportes hay para todos los gustos. Si no tienen espacio suficiente para la cascarita futbolera, existe el teqball, un híbrido del futbol, tenis y ping pong, que se puede jugar en cualquier superficie, siempre y cuando se coloque una mesa curveada utilizada por los tequers -así se denominan a sus practicantes- y reboten el balón al oponente. Según la página oficial mexicana, se practica en más de 100 países y hasta tres mundiales han organizado.
https://www.youtube.com/watch?v=NR0uj-x9wdg.
Si lo suyo es lo rudo rudísimo, pueden elegir el power slap, que no es otra cosa más que una cachetada contundente y reglamentada al rival. Frente a frente, los competidores empolvan su mano con carbonato de magnesio para que se conserve seca. Disponen de treinta segundos para dar o recibir un manotazo que no puede ser arriba del ojo ni debajo de la quijada, con tres oportunidades para noquear al contrario. Entre mis varias dudas no sé cómo serán los entrenamientos de estos muchachones para afianzar la mandíbula o cuánto hielo ocupen por restablecer sus prominentes mejillas.
Desconozco si los deportes descritos tendrán continuidad y entrarán después en las contiendas olímpicas, como sucederá próximamente con el breaking, pero si aseguro a quienes criticaron la equitación vegana pueden estar tranquilos: no se limitará la procreación equina, esperemos sea mínima la tala de árboles para la elaboración de los caballitos de batalla y si llega la competencia a México, deberá quedar reglamentada hasta en los recursos para evitar polémicas con Ana Gabriela Guevara.
Pueden llamarme inflexible, sin adecuarme a los tiempos, pero por mi parte, seguiré emocionándome desde mi sofá viendo la NFL, la Fórmula 1 y en las próximas olimpiadas haré lo mismo con las pruebas de atletismo, natación y otras disciplinas consideradas tradicionales, que quizá cuando fueron creadas y reglamentadas causaron polémica, pero por el momento no me convencen los nuevos deportes, como la rebotadera del slamball o ver a un individuo que le dañaron el tímpano y se desploma por un cachetadón.
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