El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en el Índice de Competitividad Internacional, señala un preocupante deterioro en los fundamentos que generan competitividad que ha rezagado a México entre la comunidad internacional en los últimos tres años. Del 2018 al 2021 el país pasó de la posición 31 a la posición 37 entre los 43 países evaluados por el IMCO, con un nivel de competitividad “bajo” y con un desempeño inferior al de otros países latinoamericanos como Costa Rica, Panamá, Colombia y Perú.
La evaluación de la competitividad en México se ha visto afectada principalmente por el aumento de la violencia, el bajo nivel de confianza de la población en la policía, el bajo acceso al agua potable, la caída en la cobertura de vacunación infantil, la alta percepción de corrupción, la baja efectividad del gobierno, el deterioro de las libertades económicas, la baja presencia de precursores de innovación y desarrollo y la poca diversificación de las exportaciones e importaciones.
Particularmente, en cuanto al tema del aumento en la violencia se refiere, el IMCO reporta datos del Banco Mundial en los que México aparece como el tercer país, entre los 43 evaluados, con la mayor tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes; en este indicador, a México solo lo superan Nigeria y Sudáfrica. Relacionado con el tema de la inseguridad, y en lo que se refiere al nivel de confianza en la policía, México ocupa la última posición entre el grupo de países evaluados, con niveles de confianza muy por debajo a los que tiene la policía en países como Guatemala, Colombia, Nigeria o Sudáfrica.
Por otro lado, de acuerdo a información de la Organización Mundial de la Salud, presentada por el IMCO, México es el penúltimo país entre los 43 evaluados en cuanto al porcentaje de la población que tiene acceso al agua potable; solo Nigeria muestra un nivel inferior al de México en este indicador. En otros temas de salud, México ocupa la posición 41 en el porcentaje de bebés vacunados contra el sarampión, la difteria y la tosferina.
En lo que refiere a la estabilidad y funcionalidad del sistema político, México ocupa la posición 40 entre 43 países evaluados por la alta percepción de corrupción, según los datos presentados por Transparencia Internacional. Al país solo lo superan en percepción de corrupción Guatemala, Nigeria y Rusia entre el grupo de países estudiados por el IMCO. Pero no solo la corrupción atenta contra la estabilidad del sistema político en el país, sino también la baja efectividad del gobierno, medida a través del Índice de Efectividad del Gobierno del Banco Mundial. En este indicador solo Nigeria, Guatemala y Brasil fueron peor evaluados que México.
En el Índice de Competitividad Internacional del IMCO se advierte el deterioro de las libertades económicas en México; utilizando datos de ‘The Heritage Foundation’ el país muestra en la actualidad niveles por debajo de países como Bermudas, San Vicente y las Granadina, Costa Rica o Colombia en el Índice de Libertad Económica, el cual mide la libertad que en un país existe para realizar actividades de negocios, comercio, inversión y la protección de los derechos a la propiedad privada.
El IMCO señala, a su vez, que México se ubica en el grupo de países con menor presencia de precursores de innovación y desarrollo como el número de línea de telefonía móvil por cada 100 personas, el número de servidores informáticos por millón de personas y la baja penetración del sistema financiero privado. Por otro lado, y con información de la ‘United Nations Conference on Trade an Development’ se evidencia la alta concentración de las exportaciones e importaciones de México en pocos países, particularmente con Estados Unidos y Canadá.
Por todo lo anterior, la confianza en el país se ha visto reducida y con ello se ha visto comprometida la capacidad de México para seguir atrayendo inversión para crear empleos formales, ingreso para las familias mexicanas y lograr el anhelado desarrollo integral. Prueba de ello es lo sucedido en el Índice de Confianza de la Inversión Extranjera Directa (IED) de Kearney, el cual mide el ambiente que un grupo de inversionistas consultados percibe alrededor de diferentes países a través un indicador que señala los niveles de certeza para recibir IED en cada uno de ellos. Desafortunadamente y por tercer año consecutivo, México ya no aparece entre las 25 economías más atractivas para capturar flujos de inversión productiva, de acuerdo a lo señalado por Kearney en el reporte del Índice en su edición del 2022.
El último año en el que México formó parte del grupo de los 25 países con mayor confianza para la IED fue el 2019, período en el que el país alcanzó justamente el último lugar. En ediciones previas, de los años 2017 y 2018, el país ocupó la posición 17. Ya en el 2019, el 21 por ciento de los inversionistas consultados reflejaba menor optimismo sobre el desarrollo futuro de México, expectativas que desafortunadamente se hicieron realidad. En la última edición en la que México apareció, en el año 2019, se hablaba ya del riesgo que el país corría por el bajo desempeño operativo y financiero de PEMEX y la posible concentración de la generación y distribución de energía en la Comisión Federal de Electricidad.
La atención para fortalecer los fundamentos de la competitividad debe de ser entendida como una política pública prioritaria por el nivel de incidencia que ello tiene en el desarrollo integral del país y el nivel de vida de las y los mexicanos. El Mundo no espera; la reconfiguración de los flujos de inversión entre los diferentes países a raíz de la crisis sanitaria arrojará países ganadores y otros perdedores que explicará en gran medida el desarrollo futuro de cada uno de ellos. ¿Dónde está y qué está haciendo el gabinete económico del gobierno federal?
La virtud del justo medio
Al analizar las libertades económicas en México, ‘The Heritage Foundation’ pone en el dedo en la llaga al señalar que el poder judicial es independiente, pero las decisiones judiciales están siendo susceptibles de influencias indebidas. La corrupción, dice el análisis, prospera y el estado de derecho se debilita en medio de una historia de tolerancia social al soborno, la violencia criminal y los intereses políticos que a menudo colaboran con los cárteles transnacionales de la droga. ¡Cómo los cangrejos!