Carolina Juárez es una profesionista de 31 años de la ciudad de Celaya. Sus inquietudes despertaron en su infancia, cuando cuestionó la crianza que estaba teniendo.
Al ingresar a la Licenciatura en Psicología Clínica en la Universidad de Guanajuato, descubrió que la teoría psicológica está fundada en el contexto patriarcal, y así fue que en su último año de la carrera, se involucró en una psicología crítica: una psicología feminista.
En sus prácticas profesionales viajó a Chiapas en 2014 para ayudar durante un año en el Centro de Derechos de la mujer de Chiapas fundado por la activista Chiapaneca Mercedes Olivera. Se rodeó de mujeres feministas y aprendió del feminismo comunitario en la tierra autosuficiente de los pueblos de Chiapas. Con la experiencia y aprendizaje escribió su tesis titulada “La práctica del Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas. Una propuesta para el bienestar psicológico en casos de violencia, desde la formación en derechos humanos y el género.” Una propuesta pionera en la resolución de apoyo psicológico con perspectiva feminista.
De 2016 a 2017 acudió al Diplomado “Estudio de las mujeres, feminismos y desconolización” en el Estado de Oaxaca, con maestras como Silvia Federici y Francesca Gallardo, entre otras. Carolina escribía y ahí estaba su esencia feminista. Pensaba en la desigualdad económica, ¿por qué existe?, ¿por qué la permitimos? ¿Por qué las mujeres tenían que pensar en ser hombres para escribir libros?
“La Psicología crítica, cuestiona teorías machistas… la psicología feminista analiza el contexto, la estructura social y como se afectan los sentires, se vuelve simbólicamente necesario que las mujeres sepan que hay leyes y una constante lucha para que ellas sepa guiarse. Que sepan que tienen acceso a leyes, que tienen que garantizar seguridad. No es nada más seguridad psíquica, es seguridad física”.
Caro se volvió emprendedora con joyería artesanal Arte Frutal, el cual aprendió durante su estadía en Chiapas. Conoció mujeres en los bazares y poco a poco formó redes de apoyo y contención.
“Estar cerca de personas que te recuerden lo más importante para ti. Estar con mujeres en la búsqueda de crear vínculos sanos y duraderos”.
Retomó la consulta psicológica en el 2020, donde además de acompañar a mujeres en su proceso de aprendizaje y sanación psico-emcional, ejerció como docente de arte y maestra sombra. Actualmente ejerce la consulta psicológica con perspectiva feminista y arte-terapia. Observa en Celaya un estrés post traumático en sus pacientes debido a los contextos tan violentos a los que nos enfrentamos por lo que decidió ser maestrante de Estudios Sociales y Culturales.
“Es importante nombrarlo. Desde que le das un contexto a lo que nombras se mueven muchas cosas en los psicológico […] Es necesario por el contexto tan violento en el que vivimos”.
Carolina Juárez es una activista que lucha desde la digna rebeldía, pero también desde su sensibilidad como profesionista y como mujer. Desde 2014 en su primera marcha en Chiapas por la Desaparición de los 43 normalistas, seguida en 2017 en la marcha por infancias libres de violencia en Oaxaca, Caro acude a la marchas de causa social, especialmente el 8 de marzo.
“El activismo les ha permitido (a las personas que luchan) mantener la esperanza. Encontrar un sentido. La posibilidad de exigir”.
Pertenece al colectivo Maleza Sorora, grupo de mujeres artistas de Celaya.
“Maleza es para mí es el espacio que yo estaba buscando. Somos un gran árbol. Conjunta un ligar de mujeres que yo estaba buscando.”
Desarrolla círculos de mujeres para hablar de emociones y situaciones como la culpa, el miedo, el autocuidado, límites, creatividad, relaciones interpersonales, conciencia corporal y masculinidades. “Porque tenemos derecho a la Salud Mental”.
Caro, con su ternura radical combate el patriarcado, los estereotipos y las barreras para encontrarnos con sensibilidad, amor, confianza y deconstrucción.
“Soy una mujer encaminada poniendo sus esfuerzos, su energía en un proyecto que, después de todo, va a concretar toda mi trayectoria”.
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