2018: Que se puede anticipar
Es sabido que las proyecciones tienen un margen importante de error. En efecto, la naturaleza imprevisible de la conducta humana, transforma lo esencialmente complejo, en una tarea al borde de la especulación, aunque basado en algunos supuestos.
El enunciado anterior, es un antecedente a considerar para delinear lo que se puede anticipar para el 2018, en las economías latinoamericanas. En tal sentido, los supuestos centrales son:
a.- La económica global continuara su expansión sincronizada. La Unión Europea y EEUU en particular, en modo consolidación de su expansión económica hacia la fase de normalización monetaria. China en proceso de revisión de sus fundamentos económicos (de las exportaciones hacia el consumo), agrega nuevos incentivos para su ritmo de crecimiento.-
b.- Los Bancos centrales tienen flexibilidad en su normalización monetaria.-
c.- Los riesgos geopolíticos y geonómicos, se compensan por la fortaleza de los liderazgos vigentes, para neutralizarlos.-
Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional, estiman que las economías latinoamericanas, han entrado en una fase de recuperación, superando dos años de contracción económica(2015-2016).La región como un todo, podría crecer en el rango del 1,9(FMI)-2,3 %(BM).-
Las economías que se aprecian mas dinámicas en su crecimiento para 2018 son; Argentina (2,3%), Colombia, Chile (2,6% – 3%), Perú, Bolivia y Paraguay (3,7%).
México según el Banco Mundial y el FMI, se mantendrá en el rango del 2,0%. Brasil recuperara su senda de crecimiento (1,3%), con inflación controlada.
Respecto de la inflación, debería mantenerse la tendencia descendente en Argentina, pero en Venezuela el problema inflacionario continuara agravándose.-
Las dudas más relevantes, están en el efecto que podría tener en la economía del Perú, la situación política, que aunque en lo inmediato no parece sobrepasar las líneas de sus fundamentos, agrega un factor de inestabilidad en las expectativas de los consumidores y los proyectos de inversión con participación estatal. En el lado, opuesto están los efectos positivos esperados de la pacificación en Colombia, que abre nuevas posibilidades de inversión en turismo, infraestructura y capital social.-
En resumen, por el lado del sector real, hay una razonable expectativa de recuperación y crecimiento, disminuyendo los niveles de riesgos, y con ello activándose el circuito virtuoso de empleo y bienestar. Es decir, hay razones para el optimismo.-