El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha entregado en su último reporte (Mayo 2017), los resultados de su análisis respecto del ahorro en las economías de Latinoamérica. Las conclusiones no son para la complacencia. La tasa de ahorro es de 18% del PIB, del cual un 35% proviene de los hogares, un 60% de las empresas, y un 5% de los gobiernos.
Entre las recomendaciones se destacan:
a.- Fortalecer los instrumentos de ahorro en el mercado financiero, para no depender del ahorro externo (deuda externa).
b.- Complementario con lo anterior, fomentar la estabilidad económica y la calidad de las regulaciones, para incentivar la inversión, especialmente en infraestructura y capital humano.
c.- Los gobiernos, que son los que menos ahorran, deben ser eficientes en el gasto social, focalizándolo en los sectores de mayor justificación social.
De lo anterior, es evidente que estas recomendaciones son áreas en las que hay falencias por corregir si se trata de incrementar el ahorro en latino américa.-
El ahorro es necesario e importante porque sostiene la corriente de inversión por parte del sector privado (empresas), sin la cual no hay crecimiento económico. Los Gobiernos, también pueden invertir (inversión pública), sin embargo, tienen capacidad limitada pues no disponen de recursos propios, y aquellos de que dispone tienen usos alternativos en áreas como salud, educación.
Es decir, el peso de la inversión, se encuentra de preferencia en el sector privado. Este incluso, puede entrar en el terreno de las inversiones pública (infraestructura), mediante concesiones de inversión que son contratos entre el estado y un inversionista, para desarrollar una inversión (Autopistas, aeropuertos, puertos, establecimientos educaciones etc), en plazos, sector y características determinadas. En este caso, el estado se ahorra estos recursos, los cuales pueden destinar a sus fines sociales.
Fortalecer el ahorro, demanda desarrollar un mercado de capitales, lo suficientemente consistente en liquidez, solvencia y profundidad que ofrezca los incentivos adecuados. En este sentido por ejemplo, los fondos de pensiones privados, son una fuente importante de aumento del ahorro y crecimiento del mercado de capitales de una economía, lo cual no solo es una externalidad positiva, sino que también amplifica las opciones de tener mejores pensiones.
No obstante, también es factible generar otras fuentes de ahorro aparte de las cotizaciones a estos fondos. Es el caso de la emisión de bonos en el mercado secundario por parte de medianas empresas, que buscan financiamiento sin participación de los bancos, emitiendo bonos los cuales son evaluados por las agencias de clasificación de riesgos, para asegurar su calidad y credibilidad de pago para quienes los adquieren.
Al margen de las opciones disponibles; sus ventajas y desventajas, el fortalecimiento del mercado de capitales es una tarea pendiente en muchas economías de latinoamérica, para atender las necesidades de financiamiento que enfrentan las economías regionales, que bien podrían cubrir con recursos propios, si tuvieran mercados de capitales más desarrollados.