En los últimos años, ha tomado importancia el concepto de la “Economía Creativa”. Su principal impulsor John Howkins, escribió en el año 2001, un libro al respecto, (La Economía Creativa: Como la gente gana dinero en base a las ideas). Howkins no es economista, pero su actividad profesional y empresarial, le permito detectar que en la realidad actual el énfasis desmedido en la tecnología, no permite visualizar el rol de lo abstracto, por ejemplo; las ideas, los colores, la cultura, las artes como factores de actividad empresarial. Se trata de concebir el talento de las personas, como inductor del proceso de generación de riqueza.
Lo interesante de la Economía Creativa, es que replantea el paradigma central de la Economía convencional. Esto es, superar la restricción de la escasez. La economía convencional, utiliza el método científico para resolver el denominado “Problema Económico”, de asignar una dotación limitada (escasa) de recursos. Los precios, son señales de mercado respecto de la escasez relativa de tales recursos. Mientras más escasos, más caros.-
La creatividad en cambio, no es un recurso escaso. Al contrario, es abundante. La especie humana, es esencialmente creativa. Además, en el contexto de la sociedad de la información y del conocimiento, la creatividad tiene un rol central, pues es el insumo que acrecienta los flujos de información y conocimiento. De eso se trata el acceso masivo a la red global de internet, y las nuevas aplicaciones de comunicación instantánea de texto, solución de problemas e imágenes(los llamados “memes”, son una medida del espacio de creatividad disponible en las redes).-
La gran pregunta, es cómo se adaptará la economía al nuevo paradigma basado en derechos de propiedad, y no tanto en precios. En la práctica, las sociedades que más se benefician de la creatividad, son aquellas que no solo tienen un sistema avanzado de protección de la propiedad intelectual, o un sistema educacional funcional a desarrollar talentos. Son sociedades que fomentan la libertad, tienen incentivos para superar el miedo (inhibidor de la creatividad), y son abiertas a la innovación, mediante experiencias educativas concebidas para tal propósito. En Latinoamérica en cambio, hay un trecho importante que recorrer. Sin embargo, esto no significa que no se haya iniciado el largo camino hacia la sociedad creativa.