ANAYA Y MADRAZO

hector redes

TRINCHERA CIUDADANA

ANAYA Y MADRAZO


En julio del año 2000 el PRI perdió por primera vez, la presidencia de la República. El candidato tricolor Francisco Labastida, obtuvo la nominación priista luego de una desgastante precampaña contra el gobernador de Tabasco Roberto Madrazo Pintado. Rumores iba y venían acerca de la “desaparición” del PRI. No podía concebirse al mítico partido fuera del poder, pero en los hechos las cosas fueron distintas. Madrazo asumió al poco tiempo la presidencia nacional de su partido y operó con éxito el proceso electoral del 2003 en donde recuperó varios asientos en la Cámara de Diputados y obtuvo sendas victorias en entidades clave rumbo a la elección presidencial del 2006. El problema radicó en que Madrazo construyó su candidatura desde el liderazgo del PRI y eso lo hizo romper con varios grupos del partido que terminaron por abandonarlo y sobrevino el desastre, cuyo resultado conocemos todos. Un lejano tercer lugar, un partido roto y grupos internos que prefirieron respaldar a Calderón y otros a López Obrador.

Al parecer el presidente nacional del PAN pretende reeditar el mismo modelo. Con los buenos resultados que ha tenido en general como líder de los panistas, pretende construir desde ahí su candidatura presidencial, haciendo a un lado a todos y cada uno de sus rivales internos. Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle han mostrado su descontento y exigen la renuncia de Anaya, pues se convertiría en juez y parte. Anaya ha extendido lo más posible la convocatoria para fijar las reglas que tendrá que seguir el PAN para elegir candidato. Anaya se ha enfrentado directamente a un grupo de senadores de su partido que consideraron incorrecta su postura de “guerra” contra el gobierno federal. Ahí las críticas de Ernesto Cordero y Roberto Gil quienes han marcado distancia del joven panista. Anaya formalizó su intención de formar una coalición con el PRD en la que de llegar a concretarse, él sería el candidato.

El PAN ya se fracturó y si las cosas continúan así, lo que pintaba como una victoria inminente en el 2018, se convertirá en un absoluto desastre. Al PAN podría pasarle lo mismo que al PRI en 2006 y por eso mismo es que en este escenario José Antonio Meade sería el candidato priista más viable al ser susceptible de recibir una buena cantidad de apoyo de los panistas desencantados que no votarían por Anaya.

No se vislumbra por lo pronto un escenario de conciliación en Acción Nacional. Ricardo Anaya lo quiere todo para sí mismo y para su grupo compacto, pase lo que pase y con los costos que ello implica.

Twitter: @gomez_cortina

[email protected]

Suscríbete al blog por correo electrónico

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Únete a otros 174K suscriptores