CAMINANDO POR OAXACA (TERCERA Y ÚLTIMA PARTE)

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SALVO SU MEJOR OPINIÓN

HÉCTOR GÓMEZ DE LA CORTINA GUERRERO

CAMINANDO POR OAXACA

(TERCERA Y ÚLTIMA PARTE)

Cuando el papá de don Porfirio Díaz fallece a causa de una epidemia de cólera que terminaría con la vida de cientos de personas en Oaxaca, a doña Petrona Mori le es imposible seguir pagando la renta del Mesón de la Soledad y debe trasladarse con sus hijos a un sitio mas modesto. La nueva casa de los Díaz Mori sería registrada por la historiografía como “El solar del toronjo” y actualmente se encuentra ubicado en la calle de Libres, justo detrás de la iglesia del Patrocinio. Aunque se desconoce su ubicación exacta, mi papá y yo nos dirigimos hasta esa calle para tratar de ubicar el lugar y permitir que nuestra imaginación volara.

Una vez que emprendimos el camino de regreso al hotel y ya habiendo comido en el restaurante “Los Pacos” un delicioso tasajo empanizado, comenzó la lluvia, así que decidimos que lo mejor era tomar un taxi, de lo contrario íbamos a llegar empapados. Pasaron, 2, 3, 4 y hasta 5 taxis, pero todos estaban llenos y comenzamos a perder la esperanza, hasta que tuve la “brillante” idea de detener a un microbús que trajera en el parabrisas el letrero “Crespo”, que es la calle donde estaba nuestro hotel, mi papá accedió y nos subimos. El chofer comenzó a alejarse más y más de la ciudad, yo volteaba con cierta preocupación a ver a mi papá y él muy seguro me decía “ahorita da la vuelta y nos regresa al centro”. Pasajeros subieron y pasajeros bajaron, el tiempo siguió su marcha y nos quedamos solos en el camión que se había detenido en un lugar llamado “Villas Xoxo” en donde no vislumbramos una sola tienda, un solo taxi y a ninguna persona. El chofer nos miró en el espejo y nos dijo que qué estábamos haciendo ahí, que hasta ese lugar terminaba la ruta. Mi papá y yo nos pusimos de mil colores y por la cara de angustia que teníamos, accedió a realizar de nuevo toda la ruta hasta llegar a nuestro hotel más de 1 hora después. Vaya experiencia.

Tras el trago amargo, al día siguiente nos dirigimos a Santa María del Tule a conocer ese imponente ahuehuete de 2 mil años de edad. Las caprichosas formas que se han ido desarrollando en el inmenso árbol son descritas por niños de la comunidad que se ganan a cambio la propina que otorgue el turista. Debo decir que por lo menos la entrada del municipio está limpísima y la zona de los alrededores del gran árbol está impecable. Tan solo por $10.00 es posible admirar esta belleza natural por el tiempo que uno desee.

De regreso en Oaxaca fuimos a la iglesia de San Felipe Neri, en donde don Benito Juárez y Margarita Maza se casaron en 1843. Se trata de una iglesia bonita por fuera y con un bellísimo altar principal por dentro y faltando sólo un día para el regreso, conocimos el bello edificio central de la Universidad Autónoma Benito Juárez, con sus escalinatas señoriales, su sobria estatua de don Benito y sus arcos perfectamente bien conservados.

De paseo por el andador Macedonio Alcalá, disfrutamos de “La Calenda”, el desfile tradicional que realizan todas las regiones que participarán en la gran fiesta de la Guelaguetza. Durante el recorrido las mujeres lucen los trajes tradicionales y regalan a los espectadores pan y mezcal.

Oaxaca pues es y debe seguir siendo una fiesta. De Oaxaca nos llevamos su incomparable gastronomía materializada en sus moles; sus tasajos; su quesillo; sus nieves; sus aguas; su espectacular chocolate. De Oaxaca nos llevamos la belleza colonial de Santo Domingo y los vestigios de Monte Albán. De Oaxaca nos llevamos la belleza de la naturaleza en Hierve el agua y el árbol del tule. De Oaxaca nos llevamos la hospitalidad de su gente.

Es injusto que una tierra pródiga como la oaxaqueña se vea tan severamente dañada por grupos radicales como la CNTE que han aprovechado las débiles posturas de un gobernador inexistente como Gabino Cué y de un presidente cobarde e irresponsable como Peña Nieto para violar una y otra vez la ley, para perturbar el orden público y para devastar al comercio y al turismo.

Sin embargo, ese extraordinario compañero de aventura que es mi papá y este servidor, recomendamos visitar Oaxaca, uno de los tantos tesoros que tiene nuestro país.

Twitter: @gomez_cortina

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