DESPUÉS DEL SISMO

hector redes
TRINCHERA CIUDADANA.

DESPUÉS DEL SISMO

Como si se tratara de una mala broma, 32 años después del terremoto más devastador en la historia de México, otro sismo de menor intensidad pero más cercano en su epicentro, provocó tremendos daños en la capital de la República, Morelos, Puebla, Estado de México y Tlaxcala. Un movimiento telúrico de mayor intensidad se había presentado 2 semanas antes en las costas de Chiapas y había traído desgracia y muerte en esa entidad, en Guerrero y en Oaxaca, donde miles de familias perdieron su patrimonio y muchas de ellas a más de un ser querido.

La naturaleza nos volvió a golpear con toda su fuerza. Impredecible como suele serlo, implacable, mortal, provocó una herida profunda en el corazón de nuestro país, pero también nos está dejando ejemplos valiosos de heroicidad, solidaridad y generosidad de los ciudadanos de a pie, que impactados con el desastre, han ofrecido su ayuda sin reserva para levantar escombros, llevar comida y bebida, ofrecer sus casas como asilo temporal y todo aquello que podamos imaginarnos.

Los equipos de rescate han trabajado incansablemente y hay que resaltar también la participación de canes en labores de salvamento. Verdaderos héroes de 4 patas.

Confieso que estoy impresionado. Veía el sismo de 1985 como algo muy lejano. No había nacido aun, así que solo conocía imágenes, videos y testimonios, tenía la certeza de que el paso del tiempo ofrecía ya un consuelo ante la magnitud de aquella desgracia que cobró miles de vidas. Ahora es distinto, a mi celular llegaban videos de un par de edificios derrumbándose, de las agitadas aguas de Xochimilco que se estremecían con furia como si se tratara de un mar embravecido, de gente despavorida y de infantes atrapados, llenos de polvo, con su rostro marcado por el horror. Un acontecimiento así no puede olvidarse jamás.

En enero pasado estuve en la capital para pasar unos días de esparcimiento. Siempre la he disfrutado muchísimo. Su soberbia plaza de la constitución, sus calles llenas de historia, sus edificios que en 1834 inspiraron al viajero inglés Charles Latrobe para que la llamara La ciudad de los palacios. Estuve brevemente en la colonia Roma, una hermosa demarcación que se ha convertido junto a La Condesa, en una de las zonas de mayor esparcimiento de la Ciudad, hoy ambas sufren el desastre.   

No diré que es tiempo de unirnos porque está de más, porque las muestras de apoyo son evidentes y palpables. No nos olvidemos eso sí, de seguir ayudando a la gente en desgracia de otros estados de la República que han sido arrasados. Hace unos días por ejemplo, Jorge Fernández Menéndez daba cuenta de la destrucción en Jojutla, Morelos.

Sigamos pendientes de los centros de acopio, de los artículos que se necesitan, de las cuentas bancarias a las que se puede depositar. Continuemos haciéndolo porque la reconstrucción será tardada y dolorosa, es por ello que el esfuerzo debe continuar día a día y paso a paso, para que no olvidemos esto una vez que deje de ser noticia.

En Celaya hay varias personas que se han organizado para ir a distintos lugares afectados o para coordinar centros de acopio. Mis respetos y mi admiración para todos ellos.

Y eso sí, tengamos cuidado con lo que compartimos en redes sociales. Hay historias tan burdas, tan absurdas, que se caen por sí mismas, pero que infinidad de gente cree y solo generan pánico y confusión.

Twitter: @gomez_cortina

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