El vendedor de silencio

hector redes

TRINCHERA CIUDADANA



EL VENDEDOR DE SILENCIO

En este impuesto encierro durante el cual he tenido la posibilidad de leer y ver series con bastante regularidad, quiero recomendarles hoy el libro “El vendedor de silencio” del autor Enrique Serna.

Se trata de la novela biográfica del periodista Carlos Denegri, “el mejor pero el más vil” habría dicho Julio Scherer. El título constituye una aportación maravillosa por el México de los años cuarenta, cincuentas y sesentas, llevando al lector a través de un ameno relato, por los restaurantes, bares y avenidas más concurridos por el peculiar protagonista. Explora la relación del poder con la prensa y desarrolla de manera sublime, la personalidad de Denegri, escarbando en sus orígenes, la relación con su madre, la pérdida del padre, sus vericuetos como diplomático, como frustrado poeta, como brillante, pero “chayotero” periodista del Excélsior, y la infinidad de problemas que le ocasionó su alcoholismo y misoginia.

Prepotente y pendenciero, pero a la vez caballeroso y galante. Su solo nombre podía derribar cualquier barrera y su silencio valía más que sus palabras, pues callaba escándalos a cambio de mucho dinero.

Líder de opinión durante la primera mitad del siglo XX, en su miscelánea política podía encumbrar o destruir personajes. Se convirtió en una especie de vocero de facto del régimen. Era, en términos llanos, un soldado más del primer mandatario y estaba dispuesto a corromperse sin importar la ética profesional. Mentiroso, arribista, abusador, arrepentido.

Un personaje singular de la vida social y política del México que afortunadamente se ha ido ya.

Pero, así como sirvió al sistema, así también caería en picada cuando el secretario de Gobernación Luis Echeverría fue destapado como candidato presidencial y con el enorme poder que comenzaba a acumular, presionó para que una dependencia gubernamental le quitara el patrocinio al programa televisivo que conducía Denegri. Echeverría le guardaba rencor a raíz de una tertulia literaria en la que Denegri, treinta años atrás, lo había humillado.

Por la novela brotan los nombres de los presidentes Miguel Alemán y Gustavo Díaz Ordaz, de los periodistas Julio Scherer, Jorge Piñó y Jacobo Zabludovski; de los intelectuales como Salvador Novo y Luis Spota.

Y como vivió, no podía haber muerto de otra forma, víctima de sus propios abusos. Genio y figura hasta la sepultura.

TRINCHERA CIUDADANA

HÉCTOR GÓMEZ DE LA CORTINA GUERRERO

EL VENDEDOR DE SILENCIO

En este impuesto encierro durante el cual he tenido la posibilidad de leer y ver series con bastante regularidad, quiero recomendarles hoy el libro “El vendedor de silencio” del autor Enrique Serna.

Se trata de la novela biográfica del periodista Carlos Denegri, “el mejor pero el más vil” habría dicho Julio Scherer. El título constituye una aportación maravillosa por el México de los años cuarenta, cincuentas y sesentas, llevando al lector a través de un ameno relato, por los restaurantes, bares y avenidas más concurridos por el peculiar protagonista. Explora la relación del poder con la prensa y desarrolla de manera sublime, la personalidad de Denegri, escarbando en sus orígenes, la relación con su madre, la pérdida del padre, sus vericuetos como diplomático, como frustrado poeta, como brillante, pero “chayotero” periodista del Excélsior, y la infinidad de problemas que le ocasionó su alcoholismo y misoginia.

Prepotente y pendenciero, pero a la vez caballeroso y galante. Su solo nombre podía derribar cualquier barrera y su silencio valía más que sus palabras, pues callaba escándalos a cambio de mucho dinero.

Líder de opinión durante la primera mitad del siglo XX, en su miscelánea política podía encumbrar o destruir personajes. Se convirtió en una especie de vocero de facto del régimen. Era, en términos llanos, un soldado más del primer mandatario y estaba dispuesto a corromperse sin importar la ética profesional. Mentiroso, arribista, abusador, arrepentido.

Un personaje singular de la vida social y política del México que afortunadamente se ha ido ya.

Pero, así como sirvió al sistema, así también caería en picada cuando el secretario de Gobernación Luis Echeverría fue destapado como candidato presidencial y con el enorme poder que comenzaba a acumular, presionó para que una dependencia gubernamental le quitara el patrocinio al programa televisivo que conducía Denegri. Echeverría le guardaba rencor a raíz de una tertulia literaria en la que Denegri, treinta años atrás, lo había humillado.

Por la novela brotan los nombres de los presidentes Miguel Alemán y Gustavo Díaz Ordaz, de los periodistas Julio Scherer, Jorge Piñó y Jacobo Zabludovski; de los intelectuales como Salvador Novo y Luis Spota.

Y como vivió, no podía haber muerto de otra forma, víctima de sus propios abusos. Genio y figura hasta la sepultura.

TRINCHERA CIUDADANA

HÉCTOR GÓMEZ DE LA CORTINA GUERRERO

EL VENDEDOR DE SILENCIO

En este impuesto encierro durante el cual he tenido la posibilidad de leer y ver series con bastante regularidad, quiero recomendarles hoy el libro “El vendedor de silencio” del autor Enrique Serna.

Se trata de la novela biográfica del periodista Carlos Denegri, “el mejor pero el más vil” habría dicho Julio Scherer. El título constituye una aportación maravillosa por el México de los años cuarenta, cincuentas y sesentas, llevando al lector a través de un ameno relato, por los restaurantes, bares y avenidas más concurridos por el peculiar protagonista. Explora la relación del poder con la prensa y desarrolla de manera sublime, la personalidad de Denegri, escarbando en sus orígenes, la relación con su madre, la pérdida del padre, sus vericuetos como diplomático, como frustrado poeta, como brillante, pero “chayotero” periodista del Excélsior, y la infinidad de problemas que le ocasionó su alcoholismo y misoginia.

Prepotente y pendenciero, pero a la vez caballeroso y galante. Su solo nombre podía derribar cualquier barrera y su silencio valía más que sus palabras, pues callaba escándalos a cambio de mucho dinero.

Líder de opinión durante la primera mitad del siglo XX, en su miscelánea política podía encumbrar o destruir personajes. Se convirtió en una especie de vocero de facto del régimen. Era, en términos llanos, un soldado más del primer mandatario y estaba dispuesto a corromperse sin importar la ética profesional. Mentiroso, arribista, abusador, arrepentido.

Un personaje singular de la vida social y política del México que afortunadamente se ha ido ya.

Pero, así como sirvió al sistema, así también caería en picada cuando el secretario de Gobernación Luis Echeverría fue destapado como candidato presidencial y con el enorme poder que comenzaba a acumular, presionó para que una dependencia gubernamental le quitara el patrocinio al programa televisivo que conducía Denegri. Echeverría le guardaba rencor a raíz de una tertulia literaria en la que Denegri, treinta años atrás, lo había humillado.

Por la novela brotan los nombres de los presidentes Miguel Alemán y Gustavo Díaz Ordaz, de los periodistas Julio Scherer, Jorge Piñó y Jacobo Zabludovski; de los intelectuales como Salvador Novo y Luis Spota.

Y como vivió, no podía haber muerto de otra forma, víctima de sus propios abusos. Genio y figura hasta la sepultura.

17/04/2020

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