NARRO EN EL JUEGO SUCESORIO

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SALVO SU MEJOR OPINIÓN

NARRO EN EL JUEGO SUCESORIO


Lo habíamos comentado con anterioridad. La magra popularidad del presidente Peña ha vuelto imposible que sea él quien pueda elegir al candidato tricolor de su preferencia para las elecciones del 2018. Desmitificado el dedazo por investigadores, periodistas y politólogos que han profundizado en el tema como Jorge Castañeda en La Herencia (Alfaguara, 1999) o más recientemente José Elías Romero Apis en El jefe de la banda (Plaza y Valdés, 2015) la sólida leyenda de que era el presidente y sólo el presidente quien a capricho elegía a su sucesor, poco a poco ha venido perdiendo credibilidad. Si bien es cierto que la decisión la tomaba el primer mandatario, no podemos dejar de tomar en cuenta que había factores que obligaban al presidente a ir descartando opciones (veto de los EEUU, relación con la milicia, aceptación en el PRI, etc.) y poner por encima de la amistad o del compadrazgo, al candidato que consideraban el adecuado para los tiempos que vivía México.


Explicado lo anterior, cuando hace poco más de un año publiqué en estas mismas páginas a raíz de los cambios en el gabinete, 5 prospectos rumbo al 2018, prácticamente no sobrevive ninguno. Meade había llegado a SEDESOL pero su actual función en Hacienda lo anula como opción viable; Videgaray y Nuño son cartuchos quemados por diversas circunstancias; Osorio sigue en la pelea pero con altos negativos y no representaría una opción fresca; Beltrones sin cargo alguno puede impulsar un movimiento interesante pero todo lo que él representa no es bien visto por el electorado, ¿hacia dónde volteará el presidente?


No es casualidad que el Doctor José Narro esté apareciendo cada vez más en actos públicos con mucha cobertura por la prensa. No fue casualidad que hablara durante el acto solemne que conmemoró el fallecimiento de Luis Donaldo Colosio y tampoco es casualidad que su nombre sea tomado en cuenta por encuestadores que estudian las decisiones del electorado de acuerdo al perfil de los posibles candidatos.


Peña ha incluido en la baraja a José Narro. Narro fue sin duda un buen Rector de la UNAM y había participado anteriormente en la administración pública federal como Subsecretario de Gobernación. Tiene una sólida formación académica, una vasta experiencia administrativa y política (en la Rectoría de la UNAM se hace mucha política), no tiene negativos importantes y a pesar de ser hasta ahora poco conocido, su figura tendería a crecer. ¿Su único problema? El PRI. El tricolor sufre un terrible desgaste y la gente podría castigarlo en las urnas sin importar el candidato.


Aún falta tiempo, pero anotemos desde ya al Doctor Narro, la candidatura fresca, la jugada arriesgada y audaz que podría utilizar el presidente.

Twitter: @gomez_cortina

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