PRESIDENTE INFECTADO

hector redes

PRESIDENTE INFECTADO

 

Para la familia Uribe Godínez.

En especial a Juan Ramón y Carlos.

Por el sensible fallecimiento de su hermana Flor de María.

A mis amigos David y Miguel Ávila Delgado

Por la reciente pérdida de su padre.


El pasado domingo luego de las seis de la tarde el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer a través de su cuenta de Twitter que había dado positivo a COVID 19 por lo que se resguardaría en palacio y la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero tomaría su lugar en las conferencias mañaneras. “Tiene síntomas leves” se dijo.

De inmediato las redes sociales estallaron. Hubo desde mensajes de solidaridad hasta mensajes de odio, pasando por supuesto por infinidad de bromas al respecto. No faltaron quienes se alegraron por lo acontecido, así como quienes condenaban los ataques y las bromas. De nueva cuenta la situación se prestó para darnos cuenta lo polarizados que estamos y lo complejo que resulta encontrar el justo medio de las cosas.

Antes de continuar quiero dejar claro que deseo la recuperación del presidente. No tengo sentimientos de odio hacia él y hacía ninguna persona. El padecimiento que actualmente lo aqueja lo podemos tener cualquiera y ya varios de nosotros hemos vivido la pérdida de algún familiar o amigo a consecuencia de la pandemia. Sin embargo, tampoco puedo dejar de señalar que AMLO es en parte responsable de lo que le acontece. Sistemáticamente se ha negado a usar cubre bocas pues dice que no es eficaz y ha sostenido cualquier cantidad de reuniones con colaboradores sin respetar siquiera la sana distancia. Obrador, al ser una figura pública y con tantísimos seguidores, debió poner el ejemplo, nunca quiso hacerlo.

Recordemos también que desdeñó en innumerables ocasiones el riesgo de la pandemia. Dijo que no era nada grave y pidió a los medios no ser amarillistas (ahí están los videos). A casi un año de tan irresponsables declaraciones las palabras están de sobra. El virus ha sido devastador a nivel mundial. Quizá el presidente se creyó aquella barbaridad de que él era “una fuerza moral y no de contagio”, el comentario más absurdo, zalamero y lambiscón de Hugo López Gatell.

Veo también muchos indignados por comentarios socarrones. Mejor se hubieran indignado cuando Obrador se dijo protegido por un escapulario o cuando dijo que “no mentir, no robar y no traicionar” ayudaba a que no diera el coronavirus. No defiendan lo indefendible. El presidente ha sido un irresponsable.

Y por supuesto que hay una buena parte de responsabilidad en los ciudadanos que andan por la vida como si no existiera pandemia, nadie se salva, pero más vale atemperar los ánimos.

¿Qué pasaría si muriera el presidente? Me preguntaron varias personas el domingo. De acuerdo a los establecido en el artículo 84 de la constitución, sería Olga Sánchez Cordero la titular provisional del poder ejecutivo y posteriormente el Congreso se instituiría en colegio electoral para elegir a un presidente sustituto que finalice el periodo. Planteo un escenario similar en mi libro ¡Ha muerto el presidente! Aunque con ciertas variantes, pues en mi relato el mandatario muere antes de cumplir dos años en el cargo. Valga el anuncio, está interesante y divertido. Lo pueden adquirir en línea en librerías El sótano y les llega hasta su casa.


29/01/2021

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