UN VIAJE AL CENTRO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

hector redes

SALVO SU MEJOR OPINIÓN

UN VIAJE AL CENTRO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Y CON EXPERIENCIA UBER

(SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE)

Antes de realizar el viaje a la ciudad de México y con el plan de visitar a mi tía, quien vive en una colonia del sur, me topé con el primer dilema, sabía que podía solicitar que un vehículo del hotel me llevara al destino o bien, podía tomar un taxi, sin embargo no me decidía, el vehículo del hotel de seguro sería excesivamente caro y el taxi, caro y quizá inseguro, pensé que lo más conveniente era usar Uber, así que descargué la aplicación a mi teléfono y me registré luego de breves y sencillas instrucciones; solicité una unidad a eso de las 7:20 de la tarde y llegó en menos de 10 minutos a pesar del tráfico, yo ya tenía los datos del vehículo y del chofer que me trasladaría pues me fueron enviados a mi teléfono celular, así como mensajes cuando el auto estaba aproximándose, el chofer era Arturo, con quien tuve una amena charla hasta la casa de mi tía en donde me dejó, el viaje fue gratis pues mi amiga Sara Álvarez me regaló un código promocional.

Mi tía me recibió con los brazos abiertos, platicamos un largo rato sobre anécdotas familiares y gustos en común, no recuerdo si ya se los había platicado, a mi tía la conocí personalmente hace 3 años cuando mi papá y yo fuimos a visitarla, se llama Silvia Pérez Domínguez, su padre fue el histórico matador de toros Silverio Pérez, su madre, Paz “Pachis” Domínguez Jimeno; su abuela, Paz Jimeno Gómez de la Cortina; su bisabuela, Paula Gómez de la Cortina Adalid, hermana de mi tatarabuelo José Adolfo; me trató de lo mejor y tuvo a bien regalarme un par de libros, el primero de ellos titulado “Mi Silverio Pérez. Faraón y hombre”, escrito por Paz Domínguez Jimeno y el segundo “Silverio nos une”, una publicación del Ayuntamiento de Texcoco conmemorando el 100 aniversario de su natalicio y de donde el llamado “Tormento de las mujeres” era oriundo y tuvo el honor de ser en 3 ocasiones, presidente municipal, textos que comenzaré a leer próximamente.

Se dieron las 10 de la noche y solicité otro Uber, llegó en menos de 5 minutos, se trató de Irvin, otro chofer educado y muy amable, el cargo a mi tarjeta de crédito fue de solo $71.00, una autentica ganga tomando en cuenta lo que me hubiera cobrado un taxi convencional; llegué al hotel y a dormir.

El domingo desayuné en el restaurante del hotel, llamado “La capilla” y posteriormente ya con el amigo Federico Mascarell Jiménez nos dirigimos al antiguo colegio de San Ildefonso, otra de las joyas arquitectónicas del centro de la ciudad de México, tiene un soberbio patio flanqueado por los bustos de Justo Sierra y Gabino Barreda, impresionantes murales de José Clemente Orozco y uno más de Diego Rivera, que vale la pena mencionar, mientras lo estaba pintando, conoció en ese lugar a Frida Kalho; tampoco puedo dejar de a  un lado el salón “El generalito”, bellísimo lugar con pinturas decimonónicas y hermosos muebles de madera; al salir de San Ildefonso, nos dirigimos a la librería Porrúa y a una de las sucursales de EDUCAL en donde encontré interesantes títulos relativos al Segundo Imperio Mexicano.

Mientras se acercaba la hora de comer, nos dirigimos a uno de los restaurantes más tradicionales del centro histórico, “Los Girasoles”, ubicado en plaza Manuel Tolsá en la calle de Tacuba, se especializa en comida mexicana y sirvió como set de filmación de la última película de James Bond “Spectre”.

Hasta aquí mi relato amables lectores, visiten el centro de la capital, resulta ser siempre sorprendente.


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