SAN MIGUEL DE ALLENDE, GTO. 03 DE NOVIEMBRE 2022.-Leonardo Reyes, tenía 23 años y estaba de visita con familiares de la comunidad de Corralejo de Abajo, en San Miguel de Allende, cuando fue asesinado por seis elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE).
Leo, como lo conocen en el rancho, se fue a vivir a Texas, con sus papás desde los 15 años de edad. Sin embargo, cada año visitaba la comunidad para festejar el día de la virgen de Guadalupe en diciembre.
En el 2018, acababa de pagar su camioneta a su jefe en Estados Unidos, por lo que acompañado de su mamá y su papá, decidieron regresar en ella a San Miguel de Allende. Sacó sus permisos para poder viajar, todos tienen residencia en Estados Unidos, por lo que no hubo problema para ello.
Llegaron a Corralejo de Abajo la tarde del 09 de diciembre del 2018, pasó tiempo con su familia y visitó la iglesia. Así pasó los dos primeros días de su llegada. El 12 de diciembre, acudió a las canchas de una comunidad vecina para participar en el torneo que realizan año con año, de fútbol, ahí, ganó un balón.
Leo tenía una novia en Estados Unidos. Cuando acudía a México, en específico a su comunidad, era imposible comunicarse con ella, ya que el rancho se ubica entre cerros. Para lograr tener señal, los habitantes deben ir hacia la entrada del camino que conduce de la carretera San Miguel de Allende a Guanajuato Capital.
Ese 12 de diciembre, Leo salió alrededor de las 10 de la noche de casa de sus familiares para ir a buscar señal. Vecinos le comentaron a su mamá que estuvo un tiempo platicando con personas cerca del templo, después manejó hacia la salida del rancho.
Su madre, Doña Guadalupe y su cuñada, estaban juntas y cerca del templo, cuando escucharon balazos y se asustaron. De forma inmediata, le dijo a uno de los hermanos de Leo que le hablara y le pidiera que se regresara, pero éste ya no le contestó.
“Yo le decía que ya no fuera porque ya era tarde, pero él estaba bien contento” (…) “Se escucharon los balazos y ya vimos las luces de la patrulla, uno de mis hijos le hablaba, le mandó mensaje, hermano, ya vente, vente carnal, dónde andas, pero ya no le contestó”.
Ante la preocupación de saber dónde estaba Leo y descartar que estuviera en riesgo, sus familiares caminaron hacia la entrada del rancho. Como era de noche, solo se guiaban con a luz de la luna.
En su andar, vieron las luces de una patrulla por lo que caminaron a “rastras” hacia ella y vieron la camioneta de Leo. Se escondieron para tratar de ver qué pasaba y sin que los policías estatales se dieran cuenta, se quedaron ahí escuchándolos.
“Ahí llegamos a rastras, no podíamos ir de pie, nos fuimos acercando, nos quedamos tirados en el pasto, la hierba, ahí escuchamos muchas cosas, escuchamos lo que decían ellos (¿los policías?) Sí, los policías, escuchamos lo que decía, que puto Reyes, ya había valido verga.. bueno, cosas, cosas que duelen recordar”.
Estando ahí, detectaron la voz de una mujer y cinco hombres, uno de apellido Reyes, a quien le decía, qué ya había valido.
“Andaba la voz de una mujer, cuando dijeron que ya había valido verga, empezaron a echar la luz, la patrulla de adelante prendió las luces y le grito otro que las apagaran, ya después dijo uno, puto Reyes, ya valió verga y se escuchó la voz de una mujer también, cuando dijeron que ya había valido verga, dijeron, muevan la camioneta, sáquenle foto a ver que trae y la mujer dijo, aquí no pasó nada, aquí nadie vio nada, la camioneta la encendieron y la movieron, la camioneta estaba a mitad de la carretera, ahí estaba la camioneta, estaban hablándole al 9-1-1, (¿Ellos modificaron la escena?) Sí”.
Mientras estaban en el lugar, escucharon a Leo quejarse, pensando que lo habían golpeado y estaba herido.
Cuando la señora Guadalupe escuchó lo del 9-1-1, ella y su nuera, decidieron ir de inmediato al Hospital en San Miguel de Allende y verificar que llegara ahí, pero lamentablemente él no llegó.
Acudieron al Ministerio Público, pero solo encontraron malos tratos y nada de información. Fue cuando un tío de Leo, les habló para decirles que regresaran al rancho, que el joven había sido asesinado.
“Esto es un dolor bien grande, porque ya no supe dónde quedó mi hijo, no supe si el quedó en la camioneta, ya no supe, nos vinimos, fuimos a San Miguel y allá no nos quisieron dar razón”.
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Además del dolor de haber perdido a su hijo, la señora Guadalupe y su familia, han sufrido humillaciones y malos tratos por parte de integrantes de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGEG).
Incluso, indicaron que por parte de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, emitieron un boletín acusando y señalando a Leo como un delincuente abatido. Señalaron le sembraron armas para culparlo de haber agredido a los policías, pero las balas halladas en el lugar, no coinciden con dicha versión.
La cuñada de Leo, que por temor pidió se omitiera un nombre, dijo que no piden dinero por lo que le sucedió a Leo, pero sí que se limpie su nombre y se diga la verdad.
“Simplemente que se limpie su nombre, porque en una nota periodística que ellos mismos sacaron, que… policías se encuentran y matan a ladrones de carretera, cuales ladrones de carretera, si él acababa de llegar de Estado Unidos, él tenía su residencia para ir y venir”.
Comentó que ella, a lo largo de 4 años, ha acompañado a la señora Guadalupe en el proceso legal para lograr justicia por el asesinato de Leo. Coincide que ha sido doloroso y triste, ya que dijo, las autoridades “apoyan a quien les conviene”.
Comentó que una de las irregularidades y bloqueos que han sufrido, es que a pesar de que ellos son testigos de los hechos, el Ministerio Público no los quiso tomar en cuenta.
Incluso, comentó que en las primeras audiencias, el juez solo permitía hablar a los representantes de los policías y no a sus abogados. Por lo que determinó que el asesinato de Leo fue por legítima defensa.
Ante esta resolución, metieron un amparo a nivel federa y lograron que en una nueva audiencia con una jueza estatal, se reabriera el caso.
“Mientras sus papás, sus hermanos, Dios les preste vida, vamos a seguir, hasta donde se tenga que llegar, ahorita bendito sea Dios, ya 4 años casi, una nueva luz llega a nuestra vida y vamos a seguir”, dijo su cuñada.
“Yo no voy a descansar, hasta que Dios me lo permita, voy a estar de pie hasta donde pueda, voy a seguir luchando y quiero decir también, que yo si algún día me pasa algo a mi o alguno de mis hijos o algún familiar mío, yo sabría con quien irme, pero nosotros andamos con la ley, pelando como se debe porque es lo que queremos”, declaró la señora Guadalupe.
La señora Guadalupe pide justicia por la muerte de Leonardo Reyes, reconoció que el proceso ha sido doloroso, pero entre lágrimas dijo tener esperanza en lograr limpiar el nombre de su hijo.
“Yo siento feo horrible, cuando yo vengo, que agarro camión y me vengo, yo llego, parece que aquí lo voy a encontrar, vengo sola, me voy sola, ya no es lo mismo, esto, ya nunca se me va a acabar el dolor, esta herida nunca va a sanar porque veníamos contentos, veníamos platicando, riéndonos y ahora, ahora ya no es de reír, es de llorar, en mi mesa ya no están completos, en mi mesa ya falta uno, ya no es lo mismo”.
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