Cerca de 13,800 egipcios abandonaron el territorio libio desde que se publicase el 16 de febrero el video del Estado Islámico en el que decapitaron a una veintena de cristianos egipcios (coptos), después de que fueran secuestrados en la ciudad de Sirte, en el norte libio. Desde entonces, alrededor de 13,000 personas han entrado a Egipto a través del paso fronterizo de Al Salum, en el noroeste del país, mientras que otras 800 personas llegaron por vía aérea al aeropuerto Internacional de El Cairo procedentes de Túnez. El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, ordenó a su gobierno que prohíba “con firmeza” los viajes de connacionales a Libia, así como, la repatriación de sus ciudadanos en ese país que desean volver a Egipto. (En la imagen, trabajadores egipcios recogen sus pertenencias a la espera de ser repatriados).
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