Desde los primeros grados escolares, los profesores nos instruyen para evitar la repetición de vocablos en, al menos, el mismo párrafo. Para ello, nos recomiendan recurrir a sinónimos. Los sinónimos son palabras que se escribe diferente, pero significan los mismo… o es cercano su sentido en determinados contextos. Cuando un idioma contiene más de una palabra para designar algo, entonces dota a sus usuarios de alternativas para expresarse, ofrece mayores posibilidades de énfasis, de matices y de precisión.
Algunas voces parecen sinónimas y en realidad tienen matices no del todo precisos para aplicar como tales. Se suele usar indistintamente ‘motivado’ y ‘estimulado’. Su significado es diferente. Motivado se aplica a una persona que ejecuta una acción, movido por algo. Este verbo es un derivado del verbo ‘mover’. La motivación —explica la psicología— no es externa, sino interna. Por ejemplo, si a alguien se le ofrece como recompensa algo que no le gusta o interesa, difícilmente se sentiría motivado para hacer una acción. El estímulo es externo. Si un estímulo no corresponde a la motivación, no hay respuesta. Motivado, por tanto, se usará para quien recibe un estímulo y este provocará una reacción únicamente si es coincidente con lo que lo mueve. Entonces, aunque se hayan en el mismo proceso, son aspectos diferentes.
Caso curioso son las palabras ‘prometer’ y ‘jurar’. Hace tiempo un alumno me ‘prometía’ haber investigado, cuando en realidad quiso decir que ‘juraba’ haber trabajado el tema. ‘Prometer’ implica obligarse en algo, en tanto ‘jurar’ conlleva una afirmación de algo, asegurar un hecho de forma inequívoca.
También tenemos los verbos ‘maquinar’ y ‘mecanografiar’. En la zona Bajío se usa impropiamente el primero para referirse al segundo. Cuando alguien transcribe un texto, dicen “*maquina el documento”. El Diccionario de la lengua española indica que ‘maquinar’ significa: tramar o urdir algo oculto. Se aplica para cuando se planea algo con el propósito de dañar a otro. Por tanto, es inaplicable para transcribir un documento. Mecanografiar, por su parte, simplemente significa escribir a máquina. Y ahora, por extensión, en una computadora.
«Ese suéter no te lo había mirado» o «¿…no te lo había visto?». ‘Mirar’ y ‘ver’ parecen sinónimos, no lo son. A pesar de que ambas acciones son ejecutadas con el sentido de la vista, se aplican con intención diferente. ‘Mirar’ es un verbo procedente de la mira. Es ese instrumento para fijar un objetivo (la mira de un arma). De ahí que el significado sea: aplicar la vista a un objeto (para centrarse en él). Por extensión identifica observar a alguien, pero de forma insistente: “No deja de mirarme”. El verbo ‘ver’, por su parte, significa: “Percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz”. Así, podemos decir: “Veo figuras en las nubes”. Por tanto, si no hay antecedentes de uso del suéter, no lo podría haber mirado, sino visto.
Como los casos señalados, hay muchos. La imprecisión al hablar por falta de reflexión en su sentido estricto ha llevado a un uso inadecuado de forma popular. Convendría más meditar en las palabras que aplicamos.