Durante varios años, han surgido ciertos mitos, sobre personajes históricos que, según los registros, pertenecían a la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, intersexuales y con orientación sexual, identidad y expresión de género y características sexuales diversas, abreviada LGBTIQ+.
Si nos vamos muchos años atrás, en la época de la conquista hay personajes como Xicomecóatl un líder totonaca de Veracruz, a quien, según los relatos de Bernal Díaz del Castillo, cometía el pecado de nefando, es decir, de tener sexo con hombres, aunque para el pueblo totonaco era una práctica común, para los españoles era otra cosa. De ahí, pues con la conquista llegaron muchas represiones a México, y nos trasladamos hasta medidos del siglo XVII, donde existió un personaje del que se dice, no solo tuvo que recluirse para que su inteligencia no le costara la vida, sino también para poder tener una relación con otra mujer, sí, Juana Inés de Asbaje o mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, se dice según los relatos de muchos cornistas, fue lesbiana y hasta tubo una relación con una Virreina.
Y bueno, ya entrados en temas de la guerra de independencia de México, varios personajes que hoy son reconocidos como héroes por sus hazañas en el evento histórico más importante de la nación, también forman parte de las filas de las que hoy les llamaríamos “hermanes” y sin atacarse, aquí nadie le está faltando el respeto a nadie.
El más conocido, sin dudarlo, es el Caudillo del Sur, ese del que nos han dibujado la imagen de bigote, pistola y caballo, el mismísimo Emiliano Zapata, de quien se dice era bisexual y no lo dijo cualquiera, lo escribió en sus diarios, por llamarla de algún modo su “socia” Amada Díaz, hija de Porfirio Díaz, quien estuvo casada con Ignacio de la Torre y Mier (quien también de cierto modo apoyo a la causa de independencia) a quien encontró con el caudillo, según se cita en el libro que tiene sus relatos “revolcándose en las caballerizas”; y ya si les interesa saber todo el chismesito, dense el libro, se llama “El álbum de Amada Díaz», escrito por Ricardo Orozco”.
FOTO: homosensual.comPero el caso más interesante y menos conocido es el de Mariano Matamoros, sacerdote y militar mexicano que participó en la guerra de independencia, de quien en realidad se dice era transgénero algo de lo que siempre se habló en las crónicas de este personaje, situacion que cobró más fuerza en el 2010 cuando sus restos que reposaban en una urna en el Ángel de la Independencia, fueron exonerados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y se encontraron que estos pertenecían al de una mujer de 1.51 metros de estatura.
Según varios cronistas, Matamoros era de baja altura y de complexión delgada, además de que no le gusta desnudarse frente a nadie, en esa época era común que aquellos que querían ocultar su orientación sexual, buscaban unirse a la iglesia católica (por aquello del supuesto celibato), y con ello, el hecho de que fuera sacerdote, le da más peso a la teoría; quien se dio a la tarea de averiguar a detalle fue la periodista Mónica Mateos Vega de quien puedes leer todo su reporte y trabajo periodístico dando clic aqui.
Esta columna no pretende más que visibilizar algo que siempre ha existido en nuestra sociedad y que por cuestiones ideológicas restringió y ocultó bajo términos como el pecado a quien pertenecía a la comunidad LGBTIQ+, pero de a poco estamos llegando a etapas con mayor aceptación de lo diversa que es una sociedad, la misma, que desde hace años celebraba el “Día del grito” con canciones de Juanga, quien sin importar su orientación sexual, fue aceptado y sigue siendo cantado hasta por el macho más macho de este país, en fin, no por algo cuando pones “doble moral” en el buscador de google, te sugiere en la primera opción “del mexicano”