En la última medición del estado que guarda la pobreza en México, publicada en el 2023 con datos levantados en el 2022, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) señala que en el país hay 47 millones de personas que sufren la condición de pobreza, equivalente a más del 36 por ciento de la población. Entre el 2018 y el 2022, período que abarca la actual administración federal, 5.1 millones de mexicanas y mexicanos han salido de la condición de pobreza. Sin embargo, el indicador debe de interpretarse de forma objetiva para no caer en falsos triunfalismos.
De forma acertada, en México la pobreza se mide con una visión multidimensional. Oficialmente, una persona se considera en condición de pobreza cuando sufre por lo menos una de las seis carencias básicas que mide el CONEVAL y, al mismo tiempo, su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias. Es decir, para considerar que una persona en México es pobre debe de observar dos condiciones: sufrir carencias y tener bajo ingreso.
La política de desarrollo social del actual gobierno federal ha consolidado sus esfuerzos en el tema del ingreso de las familias, el segundo de los componentes en la definición de la pobreza, por un lado, con una estrategia acertada en cuanto al aumento en el salario mínimo y, por otro lado, con un incremento en las transferencias monetarias a través de más de 120 programas como el de adultos mayores o madres solteras. La cantidad de personas que dejó de observar la condición de pobreza por el incremento de su ingreso fue de 5.7 millones entre el 2018 y el 2022.
Sin embargo, al mismo tiempo, el número de personas que sufren de carencias básicas no logró disminuir en el período referido; por el contrario, hubo un aumento de cien mil mexicanas y mexicanos que sufren de por lo menos alguna condición de carencia básica. El cuestionamiento es obligado, ¿el incremento en el ingreso de las familias ha logrado incrementar el nivel de vida de las personas? Las estadísticas oficiales indican que no es así.
De acuerdo al CONEVAL, el incremento en el ingreso per cápita generado por transferencias que recibe el 10 por ciento más pobre de la población ha sido de solo el 2.4 por ciento entre el 2018 y el 2022. Por el contrario, el incremento en las transferencias que recibe el 10 por ciento con mayores ingresos ha sido del 20.6 por ciento. La falta de progresividad en los programas sociales ha tenido como efecto que la población más vulnerable no logre superar la observancia de carencias que explican la condición de la pobreza.
Por ello, 1.5 millones de personas han entrado a las filas del rezago educativo en este gobierno para alcanzar ya un total de 25.1 millones de mexicanas y mexicanos que sufren de esta condición. Además, este gobierno ha sumado 30.3 millones de personas sin acceso a los servicios de salud, alcanzando así un total de 50.4 millones de personas desprotegidos ante cualquier evento de salud que pudieran sufrir. En el gobierno del Presidente López, el incremento de personas sin acceso a los servicios de salud ha sido del 151 por ciento: ¡sí, más del doble de personas han caído en esta vergonzosa condición de no tener a dónde acudir cuando se enferma! Las preguntas son necesarias, ¿podemos afirmar que hemos avanzado en el combate a la pobreza con un mayor número de personas sufriendo de carencias en temas básicos como el de salud y educación?, ¿han sido eficientes las transferencias para combatir las causas estructurales de la pobreza en México?, ¿es posible construir una sociedad más equitativa condenado a los más vulnerables a no contar con educación y salud?
Mire Usted; entre el 2018 y el 2022, con datos de la Secretaría de Salud federal, la tasa de mortalidad por cada cien mil habitantes, aumentó en 15 por ciento. El número de personas que acude por primera vez a una consulta médica se redujo en 58 por ciento, el número de egresos hospitalarios se redujo en 13 por ciento, el número de urgencias atendidas se redujo en 16 por ciento. Entre el 2019 y el 2022, el número de consultas a las que las mujeres han asistido por causas relacionadas con el cáncer mamario se redujo en 63 por ciento; el número de consultas a las que por primera vez acude un niño menor de un año se redujo en 34 por ciento, el total de consultas a niños, en el mismo periodo, se ha reducido en 46 por ciento.
En el tema de la educación, los resultados son también, por lo menos alarmantes. De acuerdo a información oficial de la Secretaría de Educación Pública, el número de niñas y niños matriculados en educación primaria se ha reducido con el actual gobierno federal en 4.5 por ciento; hemos perdido a más de 626 mil niñas y niños en primaria. El número de jóvenes matriculados en educación secundaria se ha reducido con el actual gobierno federal en 4.1 por ciento; hemos perdido a más de 262 mil jóvenes en secundaria. El número de jóvenes matriculados en educación media superior se ha reducido con el actual gobierno federal en 4.5 por ciento; hemos perdido a más de 236 mil jóvenes en preparatoria. Con ello, la matrícula desde primaria hasta preparatoria se ha reducido en más de 1 millón 125 mil estudiantes en el actual gobierno federal.
De esta forma es como, a través de la medición multidimensional de la pobreza, debemos de ser objetivos en el análisis del combate a esta situación que debe de ser tema de vergüenza nacional. Sin educación y salud no hay movilidad social; las transferencias por sí mismas no combaten las causas estructurales de la pobreza, menos aún si no están diseñadas de forma eficiente en cuanto a la progresividad se refiere.