El justo medio. La ausencia de progreso social tiene ardiendo la mecha

progreso social

El pasado mes de noviembre la asociación ‘México, ¿cómo vamos?’ (MCV) publicó el Índice de Progreso Social (IPS) 2020, el cual analiza el avance en el bienestar de las y los mexicanos a nivel nacional y de las 32 entidades federativas.  El Índice, explica MCV, está basado en una serie de indicadores sociales y ambientales que miden tres dimensiones del progreso social: necesidades humanas básicas, fundamentos del bienestar, y oportunidades.

Entre el 2019 y el 2020, a nivel nacional, el IPS se redujo mostrando su nivel más bajo desde el 2018. En el mismo periodo, solo 11 entidades lograron aumentar el bienestar social; destacan Querétaro, Colima y Durango. En contraste, la Ciudad de México, Oaxaca y San Luis Potosí deterioraron de forma sobresaliente el desempeño en los indicadores que evalúa el índice. Guanajuato fue la séptima entidad con mayor contracción en el IPS en el 2020, lo cual hizo que la entidad bajara de la posición 20 a la 22 en la medición del progreso social.

A nivel nacional la dimensión ‘necesidades humanas básicas’ fue la más afectada en el índice, por efecto del exceso de mortalidad observado a partir del ineficiente manejo de la Pandemia por COVID-19  en el país. Pero además, se observan deterioros en temas como el de la protección de los derechos personales, seguridad personal, tasa de homicidios, acceso equitativo a educación de calidad, censura a la prensa, acceso equitativo a servicios de salud de calidad y acceso a instituciones de justicia.  Sin duda, llama la atención que se muestra deterioro en la capacidad que tienen las personas para acceder de forma equitativa a los cuatro pilares del desarrollo social: seguridad, educación, salud y justicia. Las brechas sociales se abren en el país, contrario a la formación de políticas públicas que han sido el fundamento discursivo del Gobierno Federal.

Repasemos a detalle el caso de Guanajuato; la entidad pasó de la posición 20 a la 22 entre el 2019 y el 2020; solo en 22 de 52 variables medidas recientemente el estado se encuentra en mejores  condiciones comparado con el país en su conjunto. Ello debe de ser un llamado desesperado a revisar la eficiencia de las políticas públicas en diversas áreas del desarrollo social y a focalizar las estrategias que favorezcan el progreso social de forma regional, particularizando las necesidades de cada municipio y atendiendo de forma estratégica lo que a cada uno le duele en este sentido.

En la dimensión de ‘necesidades humanas básicas’, Guanajuato se encuentra mejor que la medición nacional en 10 de las 15 variables que incluye la dimensión. De forma positiva, el estado destaca por la baja mortalidad causada por enfermedades infecciosas, la baja mortalidad materna, el bajo porcentaje de hogares con paredes frágiles, hogares con piso de tierra y hogares con cocina de leña  o carbón, así como el alto porcentaje de hogares  con servicio sanitario.

Parece claro el efecto positivo de la política de salud del estado en los últimos años;  sin embargo, a pesar de las fortalezas en materia de salud pública, existen tres áreas de oportunidad específicas: la atención al combate de la mortalidad infantil, mortalidad por enfermedades circulatorias y mortalidad por diabetes. Es evidente, también, el efecto positivo que en Guanajuato han tenido los programas de combate a la pobreza, a través de la inversión de recursos públicos en concurrencia con los municipios, específicamente para la atención de la calidad de las viviendas en las zonas de atención prioritaria.

Por el contrario, en la dimensión de ‘necesidades humanas básicas’, Guanajuato muestra muy débil progreso en la combate a la incidencia de homicidios, combate a crímenes atribuidos a la delincuencia organizada y la alta percepción de inseguridad de las y los ciudadanos. Sigue siendo la ausencia de paz y tranquilidad en el estado un freno para la consolidación del progreso de la sociedad; la degradación comunitaria causada por el dolor social acumulado por la inseguridad hace sombra sobre los avances que en otros sentidos se han logrado.

En lo que se refiere a la dimensión de ‘fundamentos del bienestar’, Guanajuato se encuentra mejor que el promedio nacional en solo en 6 de las 17 variables que mide la dimensión. Sobresale de forma positiva la paridad de género en educación de nivel secundaria, la baja tasa de agresiones a periodistas en comparación con la tasa nacional, el tratamiento a los residuos sólidos y el nivel de matriculación escolar.

Por otro lado en la dimensión de ‘fundamentos del bienestar’ el estado muestra importantes rezagos en el nivel de analfabetismo, bajo nivel de usuarios de telefonía móvil, bajo porcentaje de hogares con computadora,  bajo porcentaje de hogares con internet y la alta tasa de suicidios.

Finalmente, en la dimensión de ‘oportunidades’, Guanajuato se encuentra mejor que el promedio nacional en solo 6 de las 20 variables que mide la dimensión; el estado sobresale en términos positivos en la baja percepción de corrupción en las instituciones de impartición de justicia, la alta participación ciudadana en decisiones de gobierno, el bajo porcentaje de la población ocupada que tarda más de dos horas en el traslado a su trabajo, el alto nivel de confianza entre vecinos y la paridad de género existente en estudios de licenciatura.

De forma contraria, en la dimensión de ‘oportunidades’, el estado muestra rezagos en variables como la baja participación en procesos electorales, el alto analfabetismo en personas con discapacidad, el alto porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, la incidencia de corrupción, la baja cobertura en educación superior y el bajo nivel de escolaridad en mujeres.

De esta forma es como los esfuerzos realizados por instituciones particulares como ‘México, ¿cómo vamos?’ presenta información de valor inconmensurable para quienes ejercen el poder por mandato ciudadano; procesar la información y convertirla en un suministro estratégico en la definición de las políticas públicas es responsabilidad de cada entidad federativa; a menos de que en este caso, como en muchos otros, aplique tristemente la sabiduría popular que afirma que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

 

La virtud del justo medio

El Índice de Progreso Social consolida información reciente para 52 variables y presenta evidencia estadística de la relación directa que existe entre el progreso social y la productividad de cada entidad. Y como se ha argumentado previamente en ediciones anteriores de esta columna, llega a la conclusión de que el crecimiento económico es condición necesaria pero no suficiente para garantizar el desarrollo social inclusivo. La estructura de las políticas públicas debe asegurarse desde las leyes y los reglamentos para pasar del discurso demagógico a las acciones subsidiarias. La pregunta es, ¿cuántos legisladores conocerán de estos temas?

 

Foto: El Contribuyente

Mauricio Hernández Mendoza

Experto en procesos de planeación estratégica y administración financiera. Docente e investigador en diversas universidades públicas y particulares de México y España.

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