El Congreso de Guanajuato nos costó 723 mil pesos diarios; y este fue su desempeño.
El pasado 14 de diciembre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó el Censo Nacional de Poderes Legislativos Estatales 2021, el cual tiene como objetivo generar información sobre la gestión y desempeño del Congreso de cada una de las 32 entidades federativas. Este importante esfuerzo de registro estadístico a favor de la transparencia y la rendición de cuentas dejó en evidencia el nivel de eficiencia de cada Congreso local y, en algunos casos, los excesos en los que incurren los poderes legislativos.
La operación del Congreso de Guanajuato nos costó a los contribuyentes 263.8 millones de pesos en el 2020, el equivalente a 723 mil pesos diarios; bien vale la pena analizar su desempeño calculando algunas métricas para ‘calificar’ el actuar de nuestras diputadas y diputados locales. Me permito hacerlo a partir de tres criterios: representatividad de la ciudadanía en el Congreso y el costo de dicha representatividad, la eficiencia legislativa y la equidad de género. Los resultados, en lo general, no son alentadores; usted tiene la última palabra.
Representatividad de la ciudadanía y costo de la representatividad.
Como medida del nivel de representatividad de la ciudadanía, se ha calculado para cada estado el número de diputadas y diputados por cada cien mil habitantes; en el caso de Guanajuato contamos con 22 diputados electos por mayoría relativa y 14 diputados electos por el principio de representación proporcional, es decir, por la vía plurinominal. Por lo tanto, en el estado existen 0.58 diputados por cada cien mil habitantes, resultando el tercer Congreso en el país con la más baja representatividad solo después del Estado de México y Jalisco. La representatividad ciudadana en el congreso local de Guanajuato resulta 34 por ciento menor a la media nacional que es de 0.88 diputados por cada cien mil habitantes.
La baja representatividad podría potenciar la ya de por sí cuestionada lejanías de las y los diputados con sus representados en cada distrito y, tal vez, el único aspecto positivo es que supondríamos que entre menos legisladores entonces menos costoso debería de ser el Congreso para los contribuyentes. Pero no es así; en Guanajuato el costo de los salarios y otros conceptos que componen la ‘dieta’ de las y los diputados en el 2020 fue de 230.7 millones de pesos, lo que significa que, a cada ciudadano, su diputado le costó 37.42 pesos anuales, 13 por ciento más que la media nacional. Lo anterior implica que nos estamos llevando la peor parte de las dos historias, es decir, baja representatividad y alto costo de ella.
Y es que, al profundizar aún más en el análisis, encontramos que el Congreso de Guanajuato fue, entre los 32 Congresos locales, el que destinó el mayor porcentaje de su presupuesto al pago de sueldos y ‘dietas’ a las y los legisladores, el 87.5 por ciento del total de los recursos ejercidos en el 2020, que contrasta con el 28.5 por ciento de la media nacional. Cada diputada y diputado en Guanajuato nos costó 6.4 millones de pesos anuales, 69 por ciento más que la media nacional.
Pero no solo las y los legisladores son ‘caros’ en el Congreso de Guanajuato, también el personal de apoyo recibe ingresos muy superiores al promedio nacional. En el Congreso del estado, cada persona contratada ganó en promedio 31 mil 961 pesos mensuales, siendo el tercer Congreso que mejor pagó a su personal después de los Congresos de Jalisco y Sonora. El sueldo promedio al personal en Guanajuato en el 2020 resultó 21 por ciento por encima de la media nacional a pesar de no ser uno de los quince Congresos con el personal más calificado de acuerdo a su nivel de estudios.
Además de los altos gastos por sueldos y ‘dietas’, el Congreso de Guanajuato fue el cuarto con el mayor número de personal administrativo de apoyo por legislador, el quinto en el país con la mayor cantidad de vehículos por diputado, y el sexto con la mayor cantidad de aparatos y líneas telefónicas por legislador.
Eficiencia legislativa
Comentemos ahora algunos indicadores que nos permitan calificar la eficiencia en el trabajo legislativo de nuestras diputadas y diputados. Empecemos por el número de iniciativas y puntos de acuerdo presentadas en promedio por cada diputada y diputado. En Guanajuato cada legislador presentó en promedio 3.42 iniciativas en 2020, resultando el tercer Congreso a nivel nacional con la menor productividad por diputado, 58 por ciento por debajo de la media nacional.
En el 2020 el Pleno del congreso sesionó en 42 ocasiones, siendo el quinto congreso en el país con el menor número de sesiones, 31 por ciento por debajo de la media nacional. Pero, por otro lado, el Congreso del estado fue el sexto con el mayor número de sesiones de comisiones con un total de 260, es decir, 53 por ciento por arriba de la media nacional.
En cuanto al número de iniciativas y proposiciones con puntos de acuerdo dictaminadas, expresadas como porcentaje del total de ellas que fueron enviadas a comisiones, el Congreso de Guanajuato fue el séptimo más eficiente, con un cien por ciento de iniciativas y proposiciones dictaminadas. Así mismo, el congreso en Guanajuato fue uno de los 17 congresos en los que sus Plenos aprobaron el cien por ciento de los dictámenes puestos a consideración de las y los legisladores.
Equidad de género
En el congreso de Guanajuato solo el 41.1 por ciento del personal contratado es mujer, lo que lo convierte en el segundo a nivel nacional con el menor porcentaje de mujeres contratadas solo después del congreso de Sinaloa. El congreso de Chiapas es en el que se observa la mayor participación de mujeres laborando, pues el 68 por ciento del personal contratado es de género femenino; la media nacional es del 47.8 por ciento.
Por otro lado, el porcentaje de mujeres que integra la Junta de Coordinación Política en Guanajuato es del 38.5 por ciento, a pesar de que el 50 por ciento de las y los diputados son mujeres. El congreso de Guanajuato en el 2020 fue el octavo congreso menos incluyente en los órganos de gobierno del poder legislativo.
Es así que, a pesar de la urgente necesidad que tiene el estado de reformar diversas dinámicas sociales, económicas y políticas para acelerar el desarrollo integral de las personas y recuperar la anhelada paz y tranquilidad en nuestros entornos, pareciera que el Congreso en el 2020, a pesar de contar con los recursos para ello, no metió el acelerador a fondo convirtiéndose entonces en un poder legislativo caro ‘per sé’ y por omisión.
La virtud del justo medio
Considerando el total de iniciativas presentadas por las y los diputados y el costo de los sueldos y dietas que devengaron en el 2020, resulta que cada una de esas iniciativas costó a los contribuyentes un millón 876 mil pesos, resultando el segundo congreso más caro del país bajo esta medición. ¿Conoce Usted alguna iniciativa por la que se adicionó, modificó, reformó, derogó, creó o expidió alguna ley que impactó de forma positiva a su nivel de vida?