GUANAJUATO, GTO. A 16 DE ENERO DE 2024.- Una periodista y dos madres buscadoras tienen mucho en común, a diario luchan contra la “sombra” de la violencia que se vive en Guanajuato, un fenómeno que las sigue a todas partes y un mecanismo de protección que desde su experiencia solo revictimiza.
La periodista Mirna Gómez y las madres buscadoras Concepción Sierra y Guadalupe Aguilar recibieron el apoyo de protección para los defensores de los Derechos Humanos y Periodistas, un programa que tiene muchas carencias y que sólo sobrelleva los casos.
Mirna Gómez compartió su experiencia tras sufrir amenazas del crimen organizado, su error fue hacer lo que más le gusta y contar la verdad cuando se implementó el “Golpe de Timón”, en Santa Rosa de Lima.
El 11 de octubre del 2019 ya no pudo regresar a su casa, la amenazaron integrantes de un grupo del crimen organizado, dejó a su familia en León, Guanajuato, donde radicaba, su vida dio un giro de 180 grados.
“Ha sido complicado, una lucha constante, no sólo con las autoridades por sobrevivir, los procesos, las problemáticas sociales. No sólo es cámbiate de ciudad sino los problemas de salud, violencia, de rehacer tu vida en otro lado” comentó.
Desde hace 4 años y 2 meses Mirna busca paz, justicia y tranquilidad, pero ninguna ha llegado.
Con sus dos hijas salió de Guanajuato a intentar rehacer su vida, dedicarse a otra cosa y seguir adelante, pero no ha sido fácil.
“Comenzaron a buscarme e investigar sobre mi vida. Preguntaban a mis vecinos, hombres armados llegaban a mi domicilio, preguntaban con quién vivía, quienes vivían, a qué hora llegaba y salía” agregó.
Mirna no podía ver a sus familiares y en su lucha con la protección del gobierno federal se enfermó de diabetes, artritis y no podía caminar.
El estrés y la ansiedad se convirtieron en sus peores enemigos, duró un año en cama, pero nunca dejó de luchar por sus hijas.
En mayo del 2021 cuando pensó que la cosas iban a cambiar, las autoridades retiraron el mecanismo de protección y solo daban largas y largas a su caso.
Decidió investigar por su cuenta, pero la sorpresa fue que autoridades estatales no le dieron la cara, no había investigaciones e incluso denuncia.
“Yo tengo la denuncia de la violencia y se metieron al domicilio donde vivía, robaron y me dejaron sin nada. El gobierno dijo que no había nada” dijo.
En la actualidad todo se redujo a tener un botón de pánico, empezar de cero y seguir escribiendo, sigue luchando con las secuelas y no rendirse.
Madres buscadoras
En el 2022 a Concepción Sierra también la amenazó el crimen organizado, salió del Estado y la incorporaron al mecanismo de protección, la enviaron a Oaxaca.
Un 10 de mayo que nunca va olvidar porque en su traslado recuerda que escuchó música del Día de las Madres en compañía de los FSPE.
“Es lo peor que viví. Estaba llorando, parecía una película. Los Fspe llevan música del día de las madres y me iban sacando por lo que hago. No hago nada malo y seguir buscando a los desaparecidos me llevó a recibir amenazas” comentó.
En Oaxaca estaba sola y después se instalaron cámaras de seguridad en su casa, pero eso no era suficiente porque se sentía vulnerable e insegura.
Hombres armados se llevaron a los hermanos de Concepción y los amenazaron, les dijeron que su hermana “calentaba” la zona con sus búsquedas.
Guadalupe Aguilar vio por última vez a su amiga Teresa minutos antes de ser asesinada por hombres armados, también era una madre de familia que buscaba a su hijo.
Las tres mujeres argumentaron que es necesario que autoridades de los tres niveles de gobierno revisen con expertos y víctimas el mecanismo de protección para que funcione y no sólo los revictimice.