SALAMANCA, GTO. 23 DE MAYO 2023.-El sacerdote Fray Javier García Villafaña, quien la tarde-noche de este lunes fue asesinado a balazos, tras una emboscada mientras circulaba en su automóvil por la carretera Cuitzeo-Capacho, en Michoacán, era originario de la ciudad de Salamanca.
Lo anterior fue confirmado por la propia vocería de la Diócesis de Irapuato, confirmando además que desde la noche de este martes su cuerpo está siendo velado en el templo de San Agustín, en Salamanca, donde este este miércoles a las 1 de la tarde, se realizará la misa de cuerpo presente y luego sus funerales.
El sacerdote tenía menos de un mes de que había sido nombrado párroco de la comunidad de Capacho, del municipio de Huandacareo, Michoacán. Recibió la parroquia el pasado 25 de abril.
Este lunes, mientras circulaba en un automóvil Nissan tipo Sentra, color blanco, se le emparejó otro vehículo, y luego de que lograron cortarle la circulación, abrieron fuego sobre el vehículo y sobre él, hasta quitarle la vida. Junto al coche los asesinos dejaron una cartulina con un mensaje.
Fray Javier era de la congregación de Los Agustinos, por eso por muchos años también fue parte de la orden sacerdotal del templo de San Agustín, en Salamanca, su tierra natal.
Tras el crimen del ministro de la fe católica, a través de un comunicado, la Confederación del Episcopado Mexicano demandó que con dolor y tristeza, la iglesia católica condena estos hechos en el que el sacerdote fue víctima de la violencia.
«Condenamos enérgicamente este acto de violencia que no solo ha arrebatado una vida, sino que también atenta contra la paz y la justicia en nuestra nación.
«Es un recordatorio doloroso de la grave situación que enfrentamos como sociedad, en la que la presencia del crimen organizado y la impunidad continúan amenazando la vida y la seguridad de tantos», demandó la iglesia católica en México.
Ante este crimen, hicieron un llamado urgente a las autoridades competentes para que realicen una investigación exhaustiva y transparente que lleve a la identificación y sanción de los responsables.
«No podemos permitir que este y otros actos similares queden impunes. Es fundamental que se restablezca el Estado de derecho y se garantice la seguridad de todos los ciudadanos, especialmente de aquellos que dedican su vida al servicio de los demás», agregó el episcopado mexicano.