Realizan homenaje a dos años de la masacre en anexo en donde murieron 27 víctimas

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IRAPUATO, GTO. 01 DE JULIO DE 2022.- A dos años de la masacre más grande en Irapuato y en Guanajuato, habitantes de la comunidad de Arandas e integrantes de los Centros de Rehabilitación Unidos del Bajío (CRUB) y Fuerza Nacional, llevaron a cabo esta tarde un homenaje en honor a los 27 internos y ‘padrinos’ que fueron asesinados a manos de tres criminarles que irrumpieron aquel 01 de julio del 2020 en el anexo «Buscando el Camino a Mi Recuperación».
El evento luctuoso se realizó en el campo de fútbol de la comunidad, en donde llevaron a cabo distintos eventos culturales en memoria de las 27 víctimas.
Nicolás Pérez Ponce, presidente del CRUB, manifestó que a dos años de la masacre las familias todavía aclaman justicia, puesto que aún no se le ha dado sentencia a uno de los presuntos acusados, quien ya está en manos de la justicia y es identificado como Jesús Emmanuel alias «El Jordan».
Puesto que los otros implicados, quienes aparentemente también ya están detenidos, aún no han sido entregados al proceso judicial estatal porque primero deben cumplir cargos federales en el Penal de Puntecillas en Guanajuato, Capital, por la presunta portación de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
Dijo que aún hay miedo entre los habitantes de Arandas, cuya comunidad recientemente ha sido el escenario de varios asesinatos vinculados a la delincuencia organizada.
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“Vamos a conmemorar a los guerreros que murieron hace dos años. Obras de teatro, unos artistas, una junta de información, vamos a soltar globos y cuetes”, manifestó.
Pérez Ponce exhortó a las autoridades judiciales a no cerrar el caso, puesto que fue un acontecimiento violento que laceró a muchas familias.
“Estos que hicieron estos cabrones no tiene nombre, los agarraron amarrados. Ojalá se tomen cartas en el asunto”, refirió.
Al homenaje asistió Fátima de 22 años, una de las cinco mujeres que sobrevivieron a la masacre, puesto que los criminarles decidieron no atentar contra ellas, ya que el día de los hechos las separaron de todos los hombres para encerrarlas en la sala de juntas y dejarlas vivas.
Declaró que su vida cambió ante ese terrible acontecimiento que le tocó vivir y hoy da gracias a Dios por estar viva, pero aseguró, «aún hay mucho miedo».
Agregó que será un hecho que se lo llevará hasta el día que muera, ya que convivía y veía como hermanos a las 27 víctimas de la masacre en el anexo, en donde también ella era interna.
Dijo que hoy valora más su vida y más porque ya tiene un hijo en quien pensar y por quien vivir.
Al homenaje también asistieron Julio César González Borja, Director de Proximidad Ciudadana y Eduardo Tovar, Director de Salud Municipal.

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