¿CÓMO LE HACÍAN?

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Las Finanzas con Manzanas.


¿Cómo le hacían?

 “Aléjense de las tarjetas de crédito e inviertan sus ahorros en ustedes mismos, y recuerden lo siguiente: el dinero no crea al hombre, es el hombre el que crea el dinero.”

Warren Buffett.

El análisis que se puede hacer sobre el precio que hoy en día tienen los productos puede ser amplio, profundo y hasta incomprensible, pues tan sólo de pensar en que el crédito no existiera para facilitar la adquisición de estos, sería difícil imaginar un mundo. ¿Cómo le hacían los antepasados?

Por supuesto el crédito tiene una muy larga historia, y casi se podría decir que su existencia es a la par del hombre, en el sentido que por ejemplo la palabra crédito tiene como raíz el latín, y su origen en la palabra “credere”, que significa confianza, por lo que el crédito es confianza, y se traduce en la seguridad de que alguien cumplirá sus compromisos.

De lo anterior se deduce y confirma que la historia de las personas que se dedican a prestar dinero basados en la confianza es también de muchos años, siglos, y que ello se demuestra con las grandes firmas financieras que se han establecido en el mundo, y que aún perduran, sobre todo en Europa, que es una civilización que ha guardado su historia en documentos y que se pueden incluso consultar. Pero… ¿Se imagina que no existiera el crédito?

¿Cómo poder comprar un auto o una casa? ¿Cómo hacían los antepasados cuando el crédito no era tan popular y mucho menos fácil de obtener? ¿Ha cambiado el crédito nuestra capacidad de planeación?

En tiempo no muy lejano la situación era simple, muchas personas no tenían acceso al crédito, incluso muchos pensaban que el mismo era incorrecto e inadecuado, por lo que la única manera de obtener un vehículo, una casa u otro bien era ahorrando, así que era simple, se definía el objetivo por el cual se iba a trabajar y podían pasar años para lograrlo, muchos lo hacían, y muchos no.

Sin embargo llegaron los créditos, y las facilidades para que fueran recibidos, a cambio de un interés, lo que implicaba que usted podía obtener créditos personales, de avío, refaccionarios, hipotecarios, etc., los cuales iban de plazos menores de un año a incluso créditos por veinticinco o treinta años, que es el caso de los hipotecarios. ¿Vale la pena el uso del crédito?

El análisis era simple, o se trabajaba arduamente por varios años para poder comprar un auto o una casa, o bien se podía pedir un crédito y pagar intereses por el uso del dinero. La decisión para la mayoría no fue difícil de tomar, el crédito era un opción que día a día se facilitó a fin de lograr el objetivo de comprar vivienda, autos, u otros bienes, pero quizá vino a destruir en parte ese esquema y creencia de que la planeación, el esfuerzo, el ahorro y el trabajo duro eran la receta para salir adelante.

La obtención de los bienes se ha hecho cada día más sencilla gracias al crédito, pero las nuevas generaciones consideran que el crédito es algo normal, cuando en realidad es una herramienta que debe aprender a usarse, y no por tener la fortuna de contar con ella deben descuidarse aspectos como la planeación, el esfuerzo constante, el ahorro continuo y por supuesto el trabajo arduo; quizá las nuevas generaciones han considerado el crédito como un derecho, más que como una herramienta, y ello les ha hecho perder la habilidad de realizar estrategias para crecer.

¿El crédito ha dejado de ser benéfico para la sociedad? Considero que la respuesta es que no, sigue siendo de mucha ayuda, pero si afectó seriamente la capacidad de muchos para esforzarse continuamente por un objetivo, y al estar éste logrado, ha quedado tiempo para hacer muchas cosas más, buenas y no tan buenas. Pero el crédito también llegó acompañado de otro aspecto: la sensación continua de que el dinero no alcanza. La razón es sencilla de explicar, las necesidades de las personas son prácticamente ilimitadas hoy en día ante un mercado altamente enfocado a promover el consumo, y si el crédito facilita la adquisición de satisfactores, entonces se satisfacen lo más que se puede, pero llega el inevitable momento de tener que pagar, y es ahí cuando surge un problema: no alcanza lo que se gana.

¿Es bueno el crédito? Sí, ¿Es malo el exceso de crédito? Sí, ¿Debe tener el crédito una finalidad? Sí, ¿Cuál es esa finalidad? Producir más dinero que el que se pidió prestado.

Usted utiliza su crédito y ello no le ayuda a producir más dinero del que debe pagar… entonces quizá está usando inadecuadamente su crédito. Lo invito a revisarlo. Comentarios y sugerencias: [email protected] o bien en twitter: @victorlmuro

Victor Muro

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