VIDA
“Rad, la runa de la Búsqueda”
Todos somos buscadores. Un buscador no necesariamente es aquel que encuentra, sino aquel que ha descubierto que cada instante de la vida se puede encontrar aquello que falta en la existencia del ser humano. Siempre está buscando, sin perder la esperanza de que en algún momento de su historia terminará no por encontrar, sino encontrándose a sí mismo.
¿Tú qué andas buscando?
En esta ocasión buscaremos –esperando encontrar- bajo la guía de la runa Rad, la cual está dedicada a la “búsqueda”. Al final de todo ¿acaso no somos buscadores eternos, viajando a través del tiempo?
La traducción de la palabra Rad es “cabalgar” y significa “un largo viaje a caballo”. En el lenguaje mágico y mitológico de las runas, podía referirse a la última jornada del alma rumbo a las legiones infernales del Averno, después de la muerte.
Invoquemos la magia de Rad para que contribuya a la búsqueda de uno mismo:
Raidho raidho raidho / rrrrrrrrrrrrr / ru ra ri re ro / rudh radh ridh redh rodh / rrrrrrrrrrrrr.
“La travesía que implica Rad es hacia la autocuración, el cambio interior y la unión con lo que ocurre en la vida cotidiana. Tiene que ver con la buena comunicación y con darse cuenta de que todo tiene dos lados, y que esos dos lados están unidos: lo que es arriba y lo que es abajo son dos caras de una misma realidad”. La mayor búsqueda es el equilibrio interior de cada ser humano. Cuando hablamos de seres equilibrados, estamos hablando de seres que pueden provocar su propia curación, el cambio de su interior, uniéndose completamente ante cada circunstancia de la vida diaria. Una buena comunicación permitirá poder contemplar y percibir los grandes escenarios que están siempre dispuestos para nuestro desarrollo personal y comunitario. Para poder mantener el equilibrio necesario es aceptar y reconocer que todo, absolutamente todo es una dualidad: “lo que es arriba es abajo”; toda realidad es portadora de dos caras, las cuales deben ser disfrutadas, porque cada una ofrecerá en el momento oportuno en que se debe recibir.
“Es el momento en que cada persona termina de conectarse con su Maestro Interno y recupera el sentido de su propio valor, de su poder personal. Es tiempo de vencer las resistencias sin actuar, sólo meditando en ello, domando las actitudes negativas y los mandatos. Esto no tiene que ser forzado”. La intuición siempre ha querido hacerse presente en nuestras vidas, llevar el control. Ante ella inmensidad de ocasiones y la gran mayoría de los hombres le demuestran la indiferencia, haciéndole caso antes a la razón. El día que la intuición dirija nuestras vidas, ese día nuestro Maestro Interno llegará a poner orden a nuestra existencia. Ese Maestro nos enseñará que nunca fue necesaria la acción para poder vencer las resistencias impuestas por la lógica humana. La quietud puede ofrecernos la gran recompensa de domar las actitudes negativas, todos aquellos mandatos que han terminado de funcionar o quizá jamás funcionaron. La vida es una total y plena invitación, no obligación ¿por qué forzar las cosas?
“Hay que tener cuidado de no pensar como lo hacen los demás, especialmente los grupos: este “viaje del alma” no puede ser compartido, es una experiencia absolutamente interior”. Muchos procesos de la vida deben ser vividos de manera personal, sin la compañía de los demás. Necesario es dejar de pensar como lo hace la mayoría ya que si se piensa igual que los demás terminaremos haciendo lo mismo ¿Acaso es lo que tú deseas hacer? Las grandes experiencias del Alma son búsquedas de una sola, sin compañía, sin distracciones, sin aquello que nos indique lo que debemos hacer, haciéndole sólo caso a la intuición, que es el lenguaje del Alma.
“Es la runa del regocijo, que ayuda a avanzar con el ritmo de la devoción y de la alegría”. El regocijo se hace presente en nuestras vidas cuando la búsqueda comienza a realizar frutos. Los frutos son el poder experimentar el ritmo de la vida, dejándose llevar por ella, identificándola y reconociéndola como la Gran Maestra que es, haciendo pareja con nuestro Maestro Interior que es la intuición, binomio perfecto por excelencia para obtener la plenitud.
“Es un momento de rupturas de todo tipo, especialmente en lo que concierne a las relaciones personales. Aparecen problemas, bloqueos, inconvenientes, y no hay que eludir las responsabilidades, sino ser conscientes de que eso nos pertenece y que hay que hacerle frente. Es difícil mantener el buen humor y todo cuesta el doble de esfuerzo de lo habitual”. En ocasiones la búsqueda puede producir angustia, incertidumbre, depresión, tristeza, aniquilamiento de la propia persona. No siempre el que busca se topará con experiencias agradables, dándose cuenta de las intenciones de los demás que no son siempre acordes a lo que andamos buscando. La búsqueda puede originar rupturas, problemas, bloqueos, inconvenientes, costando un doble esfuerzo ante lo que se quiere realizar; por ende, el buen humor que se podía poseer comienza a desaparecer. Conquista el humor que es sinónimo de fluidez, comprensión y liberación.
Rad nos puede ofrecer otros significados: viajes, tiempo de trabajo duro y esforzado/ Se postergan viajes imprevistos. Desilusiones, posiblemente una muerte.
La magia poderosa de la runa Rad nos manifiesta el siguiente Mantra o afirmación: “Siempre estoy en el camino correcto. La Divinidad me ayuda a encontrarlo”.
Estamos llamados a encontrarnos, a desechar en la mayoría de las posibilidades aquellas máscaras que nos impiden a manifestar nuestra grandeza divina, inmortal. No dejemos de buscar, de encontrarnos.
“El viaje del ser en busca de sí mismo, en la tarea de vencer las máscaras del ego y descubrir su parte inmortal”.
Carpe Diem… Memento Mori.
Psic. Antonio Hernández Mascote.
FECHA DE PUBLICACIÓN: 21/09/2020