El Estadio Azteca abrió sus puertas un domingo 29 de mayo de 1966. Los esfuerzos de cuatro años se veían reflejados en un colosal recinto capaz de recibir a 120 mil aficionados en una colonia popular al sur de la Ciudad de México.
La idea del Estadio Azteca surgió casi una década atrás, cuando Emilio Azcárraga Milmo, propietario de Telesistema Mexicano, se percató del poder de convocatoria del futbol en el país tras el Campeonato Panamericano celebrado entre febrero y marzo de 1956 en el Estadio de Ciudad Universitaria.
El recinto ubicado en los terrenos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tenía capacidad para 73 mil espectadores. Sin embargo, el aforo no fue suficiente para albergar a más de 40 mil aficionados que no pudieron ingresar al primer partido del Campeonato entre México y Costa Rica.
En ese momento, Emilio Azcárraga Milmo tuvo la idea de crear un estadio que fuera capaz cumplir con varias necesidades de aquellos años. El proyecto impulsado por Guillermo Cañedo de la Bárcena (presidente del América) tenía como objetivo albergar partidos de gran magnitud y, sobre todo, la posibilidad de recibir una Copa del Mundo.
Los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares Alcérreca fueron los encargados de cumplir el sueño de los magnates. Eligieron un terreno de superficie rocosa, producto de erupciones del volcán Xitle, y el cual estaba ubicado en el antiguo ejido de Santa Úrsula al sur de la ciudad.
Los trabajos de construcción iniciaron en agosto de 1962, con la participación de 800 trabajadores, 35 ingenieros, 17 técnicos y una decena de arquitectos. Las obras se realizaron de manera acelerada, sin descanso durante las 24 horas del día, hasta que cuatro años después quedó finalizado.
El proyecto del ‘Coloso de Santa Úrsula’ tenía un presupuesto de 95 millones de pesos, pero el costo se elevó a más de 200 millones. Para su construcción se emplearon 100 mil toneladas de concreto y ocho mil toneladas de varilla que servirían para los tres niveles del estadio y más de 600 palcos.
El 29 de mayo de 1966 fue el día elegido para su inauguración, a la que asistieron Guillermo Cañedo, Fernando González y Julio Orvañanos, presidentes del América, Atlante y Necaxa, respectivamente. De igual manera estuvo presente el presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz y Stanley Rous, presidente de FIFA.
El primer encuentro en el Estadio Azteca, con la presencia de 105 mil aficionados, lo protagonizaron el América, campeón del futbol mexicano en ese momento, y el Torino de Italia. El partido arrancó con retraso y a las 12:25, el árbitro Fernando Buergo dio el silbatazo inicial para que el balón rodara por primera vez en el impecable césped.