TRINCHERA CIUDADANA.
INFORME MONÓTONO Y DESAIRADO
El pasado viernes 14 rindió su tercer y último informe de gobierno el alcalde de esta ciudad Ramón Lemus Muñoz Ledo. El evento, como suele suceder, inició tarde y contó con algunos problemas técnicos que pusieron en dificultades al presidente municipal ya que no estaba listo el telepromter que contenía la información que dirigiría a los presentes en el auditorio Francisco Eduardo Tresguerras. Antes de que se hiciera evidente la dificultad, el Ingeniero agradeció a su esposa, a sus hijos, a los directores de área, a los miembros del Ayuntamiento, a los representantes de los poderes ejecutivo y judicial, así como al representante militar y cuando se dio cuenta, los agradecimientos se le habían terminado y como la pantalla frente a sí mismo se mostraba en blanco, comenzó a titubear, se le notó nervioso y entonces agradeció de nuevo, ¿a quién? A los asistentes, a los ex alcaldes, a los empresarios, a la alcaldesa electa, a la diputada federal Saraí Núñez, a la ex diputada federal Adriana Elizarraraz, a los senadores Alejandra Reynoso y Erandi Bermúdez, a los miembros de los consejos directivos y a quien se le ocurriera, pues el problema técnico seguía sin resolverse. Finalmente ofreció disculpas porque “está un poco retrasado esto” (sic) hasta que por fin con voz enjundiosa inició una intervención cargada de buenas intenciones pero sin cifras precisas. Tan aburrido estuvo que mucha gente comenzó a abandonar el recinto incluso antes de que el munícipe finalizara su intervención.
El día y la hora del evento se habían adecuado a la agenda del gobernador, quien una vez más desairó a la actual administración, puesto que en su agenda tenía previsto inaugurar una vialidad en la ciudad de León y envió como su representante al titular de Agricultura en el Estado y diputado local electo Paulo Bañuelos.
Se habló de la pavimentación de calles (vaya usted a saber amable lector cuánto dure dicho pavimento. Celaya es el símil de la superficie lunar, totalmente llena de cráteres); de la rehabilitación de espacios públicos, de drenaje a “muchas colonias que no contaban con ese servicio” (sic), etc. Se habló de la “grandeza de Celaya”, de una ciudad amable. Un discurso que careció de emotividad y sobretodo de sensibilidad ante la ola de violencia que padece nuestro municipio.
Y es que mientras un gobierno sea incapaz de cumplir con su labor primordial, la de garantizar la seguridad de sus gobernados, todo lo demás está de sobra, será un gobierno que ante los ojos de la gente habrá fracasado.
SIN SENTIDO COMÚN, SIN CRITERIO
En días pasados, varios inspectores de fiscalización se llevaron 24 botellas de mezcal que artesanos oaxaqueños estaban vendiendo en las instalaciones de la Casa de la Cultura, todo ello como parte de su participación en un festival al que fueron invitados por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Celaya. El director de fiscalización declaró que se procedió de esa forma porque los artesanos no contaban con permiso para vender alcohol y se tenía que aplicar el reglamento. Ahora sí que como decían los romanos Dura lex sed lex (La ley es dura pero es la ley).
Sin embargo y pese a lo anterior, resulta inconcebible la falta de sentido común y de criterio de los inspectores y quizá del director de fiscalización ¿él dio la orden o los inspectores iban pasando por ahí y actuaron en consecuencia? Es una realidad que se requiere de un permiso para vender alcohol, pero ¡carajo!, eso se resuelve con un simple trámite. Los artesanos estaban vendiendo sus productos en la Casa de la Cultura, ¿no era obvio que habían sido invitados por las autoridades culturales de nuestra ciudad? ¿No pudieron en fiscalización haberse comunicado con el Doctor Antonio Chaurand antes de llevarse la bebida? ¿Se imaginan la imagen que se llevaran los artesanos de nuestra ciudad? ¡Qué vergüenza!
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