A pesar de todo, México regresa al grupo de países ‘atractivos’ para la inversión.

justo medio agora

El pasado 3 de abril, la consultora internacional Kearney publicó la edición 2024 del ‘Índice de Confianza de la Inversión Extranjera Directa’, el cual agrupa a los 25 países que, bajo la metodología de Kearney, son considerados los países más atractivos para recibir los flujos de inversión extranjera directa en los próximos tres años.

El Índice de Confianza en la Inversión Extranjera Directa de Kearney se construye a partir de una encuesta anual aplicada a ejecutivos de empresas globales que califican a los mercados que probablemente atraerán la mayor inversión en los próximos tres años. La consultora global afirma que a diferencia de las fuentes de datos retrospectivos sobre los flujos de IED, el índice proporciona un análisis prospectivo de los mercados a los que los inversionistas pretenden dirigirse los próximos años. Desde la creación del índice en 1998, los países clasificados por Kearney han seguido de cerca a los principales destinos de los flujos reales de inversión extranjera directa en los años siguientes a ser clasificados.

Después de haber desparecido por cuatro años consecutivos del grupo de las 25 economías más atractivas para la inversión, México reaparece en la edición 2024 del Índice, en la posición 21, dos lugares debajo de Brasil, país que resulta el más atractivo entre los países latinoamericanos. Los especialistas en negocios globales  consultados por Kearney ven en México el potencial para capitalizar los efectos posibles del fenómeno del ‘nearshoring’, o relocalización de la producción, en los próximos tres años.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que los principales impulsores de la relocalización de la producción hacia México son: el rompimiento de cadenas logísticas después de la Pandemia por COVID-19, la Guerra Rusia-Ucrania, el conflicto en la Franja de Gaza, las tensiones  comerciales entre Estados Unidos y China y, por supuesto, nuestra posición geográfica y el Tratado Comercial de Norteamérica.

Dice el IMCO que, desde el 2021,  se han notificado en México más de un centenar de nuevos proyectos, relacionados con el nearshoring, equivalentes a un monto cercano a los 33 mil millones de dólares. Para dimensionar esta cifra, podemos afirmar que equivale a 2.5 veces la variación que tuvieron las Reservas Internacionales de México en 2023 y equivale al 15.7 por ciento del monto de dichas Reservas al 31 de diciembre del año anterior. Estos anuncios de inversión se han hecho por empresas que señalaron, específicamente, que ampliarían sus operaciones en México, o bien que invertirían en el país, para aprovechar el nearshoring. Una tercera parte de ellos ya se encuentra operando y el 24 por ciento está en construcción.

A lo largo del 2023, la inversión extranjera dirigida a los sectores relacionados con el nearshoring tuvo un desempeño significativamente mejor al observado en el resto de los sectores económicos. En los primeros nueve meses del 2023, la IED relacionada con el nearshoring aumentó 47 por ciento con respecto a la captación de inversión en el mismo periodo del año anterior. Por su parte, la IED no relacionada con el nearshoring se redujo un 27 por ciento con respecto a la captación de inversión en el mismo periodo del 2022.

Las manufacturas han resultado las grandes vencedoras en el proceso de captación de IED. Al interior del país, señala el IMCO, el impulso que el nearshoring está generando no es generalizado, sino que se concentra en entidades con condiciones más propicias para atraer la inversión -o que ya reciben una alta proporción de los flujos de IED.

En este sentido, la Ciudad de México, Aguascalientes y Nuevo León son las tres entidades que han recibido el mayor impulso en la captación de IED por el efecto del nearshoring. En el extremo contrario, Jalisco, Oaxaca y Veracruz son las tres entidades menos atractivas para la captación de inversión generada por la relocalización de la producción.

El gran cuestionamiento que en México nos debemos de hacer no es si hemos o no observado efectos positivos de la relocalización mundial de la producción. ¡Por supuesto que los hemos observado! Más bien, nos debemos de cuestionar qué tanto hemos aprovechado las oportunidades del nearshoring y qué tanto hemos dejado pasar, desperdiciando el momento histórico que se observa en las cadenas de suministro y de producción a nivel global.

Gaby Siller, Directora de análisis económica de Grupo Financiero Base, afirma que México no ha aprovechado ni el 10 por ciento de las oportunidades de inversión que se han presentado. Siller afirma que si se aprovecha mejor la oportunidad del nearshoring el Producto Interno Bruto de México podría crecer alrededor de 4 por ciento anual –el doble de la expectativa de crecimiento del 2024-, habría mayor creación de empleo formal, la tasa de informalidad bajaría del 50 por ciento por primera vez en la historia de México y podríamos  ver una evolución económica de las dimensiones a la experimentada con la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá en la década de los noventa.

La virtud del justo medio

En el Mundo se habla del “momento mexicano” por las oportunidades que ofrece el fenómeno de la relocalización de la producción. Desafortunadamente nos tocó un mal gobierno en un buen momento.

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